Génesis 2018 | Periódico Escolar del Instituto América del Sur Periódico Escolar del Instituto América del Sur | Page 8

Si tuvieras que escribir la historia de la escuela como un mito, ¿cuál crees que sería el principio?

El principio, desde el pensamiento, es la idea de la señora Dora, la fundadora de la escuela, mi mamá. Dora trabajó en escuelas de muchos lugares del país, trabajó en las islas del Delta durante 8 años, trabajó en el Bolsón, en Bariloche, en Mendoza, trabajó en la provincia de Buenos Aires, trabajó en escuelas públicas y privadas, en escuelas privadas religiosas, en escuelas privadas laicas y en ese recorrido tan grande de colegios, siempre pensaba: "Quiero tener un colegio donde yo pueda hacer lo que a mi me parece que, de todo lo que conocí, es lo mejor". Esa sería la génesis desde la idea.

Y desde lo concreto, ella hizo un jardín de infantes y después esta escuela, que era una escuela desastroza, desastroza es poco, MALÍSIMA, y que gestión privada la estaba por cerrar de tan mala que era, y entonces la pusieron en venta y Dora la compró y la transformó en lo que es la escuela hoy. Se juntó con gente, las primeras asesoras de la escuela, Alba Fayó y Susana Cazenave, que fueron las ideólogas de esa escuela. Sobre todo Dora aportó su mirada sobre el respeto al niño, sobre que los niños tienen que ser escuchados, tienen que ser mirados. En aquella época, en el año 73, no era tan común en las escuelas. Nosotros éramos una escuela rara en aquella época por las cosas que hacíamos ya que no eran comunes y ahora gracias a Dios o al tiempo esas cosas son más comunes. Así empezó la escuela, empezó desde un deseo muy fuerte que se formó durante los 30 años que Dora fue maestra por todas partes.

¿Por qué decidieron llamar América del Sur a la escuela?

En realidad nosotros compramos la escuela y se llamaba South American Day School. Tenía un nombre muy pomposo y era un desastre, y Dora inmediatamente le cambió el nombre al castellano, pero respetó el nombre que la

escuela tenía porque ella compró esa escuela. El número A-509 es el número que da gestión privada a cada escuela. Ella lo que hizo fue informar a gestión privada que a partir del año que ella lo compró se llamaba Instituto América del Sur. Igual nos gustaba el nombre, nos parecía muy interesante, era una mirada sobre algo distinto.

¿Siempre estuvo ubicada en el mismo lugar?

No, antes de que fuese de la señora Dora y nuestra, estaba ubicada en Flores. Cuando Dora compró la escuela, había pupilaje, es decir, había chicos que dormían aca.

¿Cuál era el objetivo que buscaban transmitir con su creación?

Bueno, la idea de Dora era tener una escuela en donde los niños no solo aprendieran y tuvieran muchos conocimientos para valerse en la vida, sino, sobre todo, que tuvieran mucha experiencia, como seres humanos, de respeto por el otro, de compartir con otros. Todos los que nos formamos con ella lo que más nos enseñó fue cómo tratar con los niños y que todos los maestros sean capaces de escuchar y entender qué le pasa al otro, aunque tengan que retarlos, pero que sean capaces de eso. Es un objetivo muy fuerte de esta escuela y nosotros queremos que sea un objetivo que nos diferencie. Que no porque vos aprendas mucho vas a descuidar lo que es el interior de las personas, podés hacer las dos cosas a la vez: aprender mucho, tener conocimiento y respetar y entender que detrás de eso hay una persona.

¿Considerás que los avances tecnológicos revolucionaron la educación?

Yo no sé si revolucionaron, nosotros tenemos la política en la escuela de que tomamos lo para sumar. No es que tomamos lo nuevo y desechamos lo viejo. Lo importante es sumar y poder combinar. A mí me parece que, por ejemplo, los veo a ustedes haciendo robótica y no pienso que por eso van a dejar de tener

DORITA Directora general

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