Génesis 2018 | Periódico Escolar del Instituto América del Sur Periódico Escolar del Instituto América del Sur | Page 38

La dueña de Hernández miró la hora, eran las 7 y empezaba a amanecer. Hernández estaba cansado de tanto moverse y empezó a bostezar. Yo también bostecé y me di cuenta de que Fernández se había quedado dormido. Observé el reloj y habían pasado 3 horas. Acaricié a mi mascota favorita y nos dormimos abrazados.

Ben Wischñevsky

GATOS Y PESCADOS

Bueno Fernández, como mi tío dijo que no te durmieras, te voy a contar una historia, no ¡ya se!, una leyenda que se va a llamar... “¿Por qué premiamos a nuestros gatos con pescados? “.

La cosa es así, hace mucho tiempo los humanos iban a los ríos para pescar peces, pero tenían un pequeño problema, cuando ellos trataban de pescar un pez era casi imposible y nadie sabía por qué. En realidad una persona sí sabía, de hecho no era una persona, era un gato y se llamaba Ramón.

Ramón vivía en Misiones, Argentina, era el gato de Emilia, una chica de la aldea. Juntos se lo pasaban horas y horas tratando de pescar algo para comer. Luego de tanto intentar e intentar, Ramón terminó dándose cuenta del problema, eran los avegüinos, aves petisas, blancas y negras con poco pelaje. Se comían todos los peces y no permitían que los humanos pescaran. Ramón trató muchas veces de decirle a Emilia lo que sucedía pero no logró transmitirle el mensaje y decidió solucionar el problema él solo.

¿Viste Fernández, pobre Ramón, él no pudo hacer que la dueña lo ayudara como yo te ayudo a vos? Tendría que haber algún lenguaje entre gato y dueño, pero no solo para gatos también para elefantes,, perros, jirafas, delfines...

¡Fernández, te dije que no te durmieras! Bueno mejor sigo con la leyenda..

Ramón probó con vigilar, espantar y matar a los a los avegüinos para que no se coman a los peces, pero cayó en la cuenta de que la única forma de hacerlo era convocando a un dios, pero no a cualquier dios, sino al Dios Sol.

Una noche de verano Ramón fue al centro de la aldea, se subió a la rama más alta de un árbol... ¡Yo te había dicho que vos no eras el único gato que se sube a lugares empinados Fernández! Yo siempre tengo la razón, bueno no siempre, bueno a veces, bueno...Ok, no te preocupes es mejor que te siga contando.

Ramón hizo un ritual para convocar al Dios Sol. Dos minutos más tarde, apareció arriba de su propia cabeza el Dios, que dijo:

-Hola, minino, he llegado ¿Para qué me necesitas?

Los ojos de Ramón se abrieron como platos y le explicó todo lo que estaba pasando. ¡La falta de peces, los avegüinos, BLA, BLA, BLA! Luego de eso todo fue simple y sencillo ya que el Dios le otorgó tres deseos que tendría que usar sabiamente. ¡A mí me parece que los usó bastante bien! Ya que lo que deseó fue:

1° Cambiarle la contextura física a los avegüinos, intercambiar las alas por aletas y que tengan más grasa corporal para que se vean obligados a irse a un lugar más frío.

2° Que ya no hayan más inconvenientes en el momento de la pesca.

3° Que él y todos los gatos sean premiados con algún pez de vez en cuando.

Amaneció y Ramón volvió con su dueña Emilia, a los avegüinos les agarró calor, se fueron a la Antártida, en donde los habitantes les cambiaron el nombre por pingüinos, y todos en la aldea tuvieron una buena temporada de pesca.

Y eso Fernández seguramente responde a la pregunta de por qué la gente premia a sus gatos con pescados.

Rocío Cidre Cassone