Génesis 2018 | Periódico Escolar del Instituto América del Sur Periódico Escolar del Instituto América del Sur | Page 37

CONCURSO LITERARIO QUINTO GRADO

"uN CUENTO PARA FERNÁNDEZ"

En 5° grado leímos Historias a Fernández de Ema Wolf. El libro trata de un gato temerario que cae desde las alturas y por indicación médica no debe dormirse, entonces la dueña le cuenta cuentos para evitar que se duerma. La propuesta para el concurso literario fue inventar cuentos para contarle a Fernández. Los que publicamos a continuación pertenecen a los tres ganadores.

CUENTOS A HERNÁNDEZ

Pasadas las 3 horas que mi tío Calixto recomendó, Fernández estaba dormido tranquilamente cuando se despertó muy bruscamente y pegó un salto olímpico. Yo muy exaltada me acerqué corriendo y gritando:

-¡Fernández! ¿Qué pasó?

Por supuesto no me respondió, al menos no con palabras, pero sí con maullidos y chillidos muy fuertes que despertaron a los vecinos. De repente me surgió una idea, volver con mi tío Calixto ya que él sabría qué hacer. Aunque supuse que recomendaría más reposo, metí a Fernández en su canastita y salimos para su casa. Toqué el timbre pero nadie respondió. Se ve que el tío estaba ocupado. Volvimos a casa y decidí contarle otra historia para tranquilizarlo. Esta se llamaba ¨Cuentos a Hernández¨.

- ¿Te gusta Fernández? -le pregunté, puso cara de cansancio pero se veía con ganas de escuchar o al menos eso me pareció a mí. Así que empecé a contar la historia:

- Hace no muchos años, un perro llamado Hernández tenía la buena costumbre de dormir en almohadones mullidos y seguros. Las noches en su ciudad siempre fueron muy tranquilas, el canto de los grillos y el viento oviendo las hojas de los grandes árboles siempre relajaban a Hernández.

moviendo las hojas de los grandes árboles siempre relajaban a Hernández.

Fernández torció la cabeza y me miró fijo como si dudara de lo que estaba escuchando.

- ¿Te gusta, Fernández? -repetí nerviosa, pero él no reaccionó. Un instante después mi tío me llamó, diciendo que tenía la historia perfecta para calmar al felino, pero como Fernández estaba aparentemente interesado en mi historia, le agradecí y colgué rápidamente.

Sigamos. Hernández tenía un pelaje totalmente suave y perfecto, de color oscuro con manchas amarillas. Un día mientras dormía se cayó y se lastimó la cola. Entonces su dueña le pidió al abuelo Capristo que lo revisara. La cola se veía algo rara y no tenía la apariencia habitual. ¡Escuchá, Fernández! No te duermas!

El abuelo Capristo le dijo que era muy importante que Hernández se moviera para mantener activa su cola durante 1 hora y media ya que no era una herida grave.

¿Vas entendiendo, Fernández? Eran las 22.30hs y a mí también me dio sueño, así que decidí ir terminando el cuento.

Sigamos. Hernández era un animal muy comunicativo. Siempre batía la cola cuando le hablan despacio, mirándolo a los ojos, rascándolo atrás de las orejas o cantándole suavemente y esta vez no fue diferente.