¿Qué hicieron durante ese mes en el que esperaron al ejército inglés?
Nosotros fuimos llegando de a tropas. Yo llegué el 13 de abril y durante ese mes fuimos descargando armamentos y armando las trincheras. De mucho no sirvió…
Emocionalmente, ¿cómo era la situación?
Lo que recuerdo es que, antes de ir a la guerra, nos tenían en cuarteles y no podíamos salir. Todas las noches nos levantaban para hacer un simulacro del momento en el que íbamos al aeropuerto y después volvíamos a dormir. Un día salimos y no fue un simulacro. Del 2 de abril al 13, estuvimos todas las noches haciendo simulacros. Era muy estresante. Cuando llegamos a Malvinas, me acuerdo de percibir una especie de entusiasmo, en general no había temor.
Después, cuando empezaron a haber bombardeos y cosas por el estilo, el miedo era lo que predominaba. Había mucha desinformación entre nosotros, porque antes de ir a la guerra, escuchábamos constantemente que íbamos a ir e íbamos a ganar. Por eso fue tan atemorizante ver realmente la fuerza que tenía el ejército inglés, porque fuimos engañados.
¿Cuáles eran tus pensamientos durante la batalla?
Yo solo me preguntaba cuál sería el día en el que finalmente volvería a mi casa. Solo quería volver… y sobrevivir.
¿Cómo reaccionaste cuando llegaste a tu casa y viste cómo habían construido los medios la imagen de una Argentina victoriosa?
Yo creo que la mentira y todos los engaños duraron mucho más que hasta que terminó la guerra. No nos dimos cuenta apenas terminó la guerra. Nos dimos cuenta de que había habido un gran nivel de desinformación, en realidad, como la dictadura militar siguió gobernando después de la guerra, la desinformación siguió bastante tiempo. Nosotros nos fuimos enterando cómo había sido todo al pasar de los años, igual que el resto de las personas.
¿Qué significa para vos ser un sobreviviente?
Bueno, en principio cuando volvimos se trató de ocultar bastante a los soldados, lo que habían vivido y la desinformación y el engaño que había habido. El ejército trató de meternos miedo para que no contáramos lo que habíamos vivido. Nos metieron en cuarteles y estuvimos ahí varios días. Nos hacían preguntas, nos hicieron llenar
formularios y nos decían que todas esas cosas no la podíamos contar nunca, así que al principio era una sensación muy rara porque teníamos que escondernos. Era como si nos quisieran borrar. Esto genera muchos soldados un sentimiento de tristeza, depresión, otros trastornos mentales, en algunos drogadicción y en otros incluso suicido. Fue muy difícil sobrellevarlo por todos los traumas que teníamos y después por venir acá y sentir que teníamos que ocultarnos, que no podíamos hablar. No había ningún acto reivindicando el trabajo que hicimos los soldados, entonces fue bastante complicado, pero tiempo después eso fue cambiando, y ahora cuando pienso en que soy un sobreviviente pienso en ese sentimiento de reivindicación. Por otro lado, también pienso que me hubiera gustado no ir a la guerra y que mi vida hubiese trascurrido normalmente.
¿Cuándo eras chico qué querías ser? ¿Alguna vez te planteaste la idea de ser dibujante?
Cuando yo era chico siempre dibujaba por diversión y hasta que fui un adolescente jamás me planteé que podía llegar a ser mi trabajo. En la secundaria contemplé la posibilidad de estudiar algo relacionado con la biología.
¿Alguna vez pensaste que ibas a tener que ir a la guerra?
Nunca. Cuando era chico jamás se me ocurrió que podía ser una posibilidad. Más tarde, cuando terminé el servicio militar, pensé que podría volver a mi casa, pero me tocó ir a la guerra.
Por último, ¿para vos qué significa la patria?
Para mí la patria tiene que ver con un sentido de pertenencia, de lo que se clama propio. Es lo que conforma la identidad.