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INFORME DEL ENCUENTRO ANUAL DEL GRUPO DE MUJERES PARLAMENTARIAS

causas que originan el problema. Dicho de otro modo, la energía se ha focalizado en la creación de oportunidades equitativas para las mujeres, más que en generar resultados equitativos.

La Senadora Fortin-Duplessis hizo referencia luego a algunas de las herramientas jurídicas y constitucionales utilizadas para lograrlo.

En primer término, cuando la constitución se modificó en 1982, el parlamento sancionó la Carta Canadiense de Derechos y Libertades. El artículo 15 versa sobre la igualdad de derechos, en tanto el artículo 28 garantiza la igualdad de los derechos y libertades consignados en la Carta para hombres y mujeres. La Senadora considera que, en muchos aspectos, la igualdad o paridad entre ambos va más allá de la dicotomía femenino-masculino. Tiene más que ver con la dignidad humana – todos deberíamos tener los mismos derechos, no importa si somos negros o blancos; católicos, musulmanes o protestantes; casados o solteros. La legislación canadiense sobre derechos humanos prohíbe todo tipo de discriminación por motivos de religión, género, origen étnico u otros.

En segundo término, son muchas las leyes que han apoyado la igualdad de género. Destacó dos en particular que van de la mano. Una establece que el empleo se debe basar en la capacidad, en tanto la otra versa sobre la remuneración en el sector público (igual remuneración por igual tarea). Estas leyes han sido esenciales para brindarles a las mujeres acceso a oportunidades de empleo más equitativas.

Además, la Senadora explicó que su país ha manifestado sus esperanzas de igualdad en el escenario internacional. Canadá ha ratificado muchos instrumentos internacionales con respecto a la igualdad de derechos y ha trabajado con instituciones internacionales durante muchos años en la defensa de la igualdad. En particular, mencionó la CEDAW, la Declaración y Plataforma

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