Golden Box Book Publishing Protegida por el Halcón | Page 22
Mi patético intento de actuar con alegría me llevó a coger a Elza para
que bailara conmigo la canción “Good morning starshine”, que en
ese momento sonaba en la radio. Volví a intentar tocar su mano pero
ella la apartó educadamente.
—¿Mira quién ha vuelto a estar de buen humor? ¡La
cumpleañera! —exclamó Elza chocando mis manos
disimuladamente para apartarlas.
Ella sonrió, aunque su mirada me desconcertó, su rechazo a
tocarme las manos por tercera vez me había ofendido. Me miró
fijamente y por un segundo sentí que estaba buscando algún cambio
en mí, incluso pensé que estaba esperando algo de mí. Me guiñó un
ojo e hizo un gesto con la cabeza como si hubiera terminado una
discusión. Después de unos segundos, volvió a ser la de siempre,
adorable y sensata.
“Sería tan fácil averiguar qué la está molestando. Si pudiera tocar
su mano, sólo durante un segundo…”, pensé.
Elza, como si intentara desviar mi atención, pregunto:
—Ilona, tú nunca hablas de tus familiares de sangre. ¿No crees
que ya es hora de perdonarles?
—Quizás, pero no es fácil. Me duele profundamente lo que hizo
mi tío. Nunca entenderé porqué nunca nos visitó cuando yo era
pequeña. Mis padres evitaron el tema pero una vez os escuche a ti y
a Rua hablando de ello. Tú decías que mi tío nunca perdonó a mi
padre por casarse con mi madre y nunca he sabido por qué se opuso
a su matrimonio. De hecho, le he visto tres o cuatro veces en toda mi
vida. Tuvo dos hijos que yo sepa, pero nunca conocí a su esposa.
—Recuerdo cuando vino al funeral de tus padres. En cuanto supo
que eras mayor de edad y la única beneficiaria de tus padres, ni
siquiera se quedó a la misa.
—Si, yo estaba triste y él parecía enfurecido cuando el abogado
leyó el testamento. Con tantas emociones no pudimos hablar, y luego
nunca pensé en invitarle a que me visitara. Él pareció haberse
olvidado de mí completamente. Lamentablemente no tengo ningún
22