Golden Box Book Publishing Elegida por la espada | Page 14

un excelente oído y estaba lo suficientemente cerca como para escuchar. Le vio marcar un sólo número y escuchó un pitido. Kund, comenzó a hablar en voz alta describiendo a Ilona y su ubicación en detalle, pero Ilona sólo escuchó su voz, sin marcación automática, ni tono, y sin ninguna señal de alguien al otro lado. El teléfono estaba en silencio. La expresión del rostro de Csenge cambió de la incredulidad a ira, y luego a odio. Ella lanzó una mirada a Ond, quien la miró con expresión de prepotencia y luego levantó una ceja. Ond miró a Kund, quien asintió con la cabeza cómo si se entendieran; eso respondió a lo que Ilona quería saber. —Todo bajo control —Sonrió Kund. —Gracias. —De nada. Creo que es hora de irse —Csenge se puso de pie, seguida de Kund y Ond—. Gracias por los refrescos, has sido muy amable. —De nada. Disfrutamos mucho de vuestra corta visita —Ilona trató de sonar casual. En un par de minutos, los Líderes y Ond se habían ido. Ilona estaba sumida en sus pensamientos, tratando de darle sentido a lo que acababa de suceder. Rua gritó, cojeando fuera de la habitación: —No quiero saber nada. Quiero estar completamente fuera de todo esto. ¡Buenas noches a todos! Elza le miró con tristeza: —Parece que la hierba funcionó. Gracias a Elana, no sospecharon nada. —Te sorprenderías si supieras cuánto sabe Csenge de nosotros, que no les cuenta a los otros dos —dijo Ilona—. Ella se comunicó conmigo y me contó muchas cosas. Sabe quién es Ema y que está en el pasado, pero por suerte, no se lo contó a los otros. —¿Cuándo ocurrió eso? No me di cuenta de nada —preguntó Zoltan, confundido. 14