El sillón de lectura
La violencia como noticia
J
osé María Calleja, el que
fuera redactor jefe de CNN+ y
presentador del programa “El
Debate”, es hoy profesor de la
Universidad Carlos III de Madrid y
miembro del Instituto de Estudios de
Género de la misma. Calleja dirigió
el programa que más ha incidido en la
temática sobre la violencia contra las
mujeres en nuestro país.
En su libro “La violencia como noticia” comunica con un lenguaje fácil,
compresivo, ágil, divulgativo. Escribe
y describe muy bien destilando
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conocimiento y sensibilidad. Relata
la violencia contra las mujeres y cómo
lo deben informar los medios de comunicación. Nos argumenta que las
palabras no son neutras y que la realidad se aloja en el lenguaje, por lo que
es importante para los profesionales
de los medios comunicar la violencia
de forma adecuada. Hay mujeres que
se descubren inmersas en la violencia
al verse reflejada en la información
emitida por los mass media. Estamos,
nos dice, hechos de palabras.
Nos relata cómo los medios
enuncian a las mujeres en las informaciones sobre violencia de género, por
su relación respecto a los hombres,
ya sean casadas, viudas, compañeras
sentimentales... Además son tachadas
de intrigantes, retorcidas, seductoras, niñas muy desarrolladas… Si se
especifica algún aspecto positivo de
la víctima, por ejemplo que tiene gran
formación, es para poner en duda
la posibilidad de que efectivamente
se trate de una víctima, se le sugiere
como sospechosa o contradictoria;
por el contrario a los varones se les
describe por su función social propia,
aunque en algunos casos se advierte la
intención de minimizar el delito con
expresiones como “loco de amor”.
Analiza a los medios que frivolizan
y mercadean con la violencia que
sufren las mujeres y banalizan los
asesinatos. Recuerda el caso de Ana
Orantes, que tuvo que vencer todos
sus miedos para contar su auténtica
vida marital. O la de Svetlana que
la violencia de género en una sociedad anestesiada frente a este delito.
Cuando se comunica un suceso muy
atroz no se alude a la violencia de
género, aunque sea innegable, como
son los sucesos sobre José Bretón, el
monstruo de Amstetten en Austria,
Rosa San Segundo y José María Calleja
recibió una invitación de un programa de televisión sorpresa, donde se
encontró con su ex pareja. A Ana
Orantes y a Svetlana les costó la vida
su paseo por la televisión. La sociedad, los medios y cierto sector entre
las propias mujeres se comportan
de igual forma, tienen un inusitado
interés en invisibilizar la violencia.
Calleja nos habla de las mujeres
quemadas, violadas, ahorcadas, mientras la televisión actúa como agente
constructor del discurso social donde
la violencia es banalizada y descontextualizada, donde no siempre se
busca dar información sino provocar emociones para la creación de
espectadores adictos. Se informa de
Marta de Castillo, Sandra Palo, Rocio
Wanninkhof, las niñas de Alcasser y
otros muchos.
Las mujeres abusadas, esclavas
domésticas, esclavas sexuales, casadas en minoría de edad, violadas,
quemadas vivas son producto de
una cultura patriarcal y los medios
los facilitadores y los legitimadores
de este estado de opinión creados
por y para los varones. Precisamente
son los varones los que aparecen
en un 80%, el 20% restante es para
mujeres con una imagen bastante deteriorada. Calleja, tras esta
situación, propone principios éticos
para la información, incide en que
el compromiso del periodista ha de
estar con la ciudadanía, aporta que a
mayor denuncia, se generará mayor
calidad democrática. Considera que
es fundamental que la información
sobre violencia de género debería
relatarse desde el punto de vista de
las mujeres asesinadas, violadas,
sometidas a la trata … Nos dice que
no se puede consentir que el miedo
se convierta en el redactor jefe…
“Se trata de que los periodistas
informemos, busquemos la verdad,
tratemos de contar siempre la verdad,
seamos honrados y contemos lo que
pasa con una mirada de compromiso con los más desfavorecidos, con
los que sufren injusticias, con los
que normalmente no tienen voz,
con el objetivo claro de que nuestra
información sirva para ensanchar la
verdad.”
Calleja pretende dar voz a quienes
no la tienen. Maneja bien conceptos complejos sobre la violencia de
género. Y escribe este libro desde su
escucha, desde su buen hacer profesional, dando voz a las asociaciones
de mujeres en su plató, a las que
sufren injusticias, a las más desfavorecidas. Gracias por tratar de ensanchar
la verdad.
Gracias por haber escrito este
libro.
Rosa San Segundo
Directora del Instituto
Universitario de Estudios de Género
niversidad Carlos III