Fútbol en Marcha 6 noviembre, 2013 | Page 9

“Hace muchos años era muy difícil plantearse que unas personas con discapacidad pudieran formar parte de un equipo de fútbol”, haciendo referencia a la labor que hace actualmente el Récord Infantil. “Normalizar su vida, que puedan tener un acceso a las actividades junto al resto de personas que no tienen ninguna discapacidad, es un paso muy importante”. Para Orta, estas acciones tienen “múltiples beneficios. No sólo para la propia persona, por la gratificación, la superación, la autoestima, la mejora de sus capacidades… Sino también para la familia porque se caen muchos mitos. Algunos creen que no son capaces de hacer algunas actividades, que compitan al nivel que sea. Todo ayuda porque, además, se crean grupos de apoyo entre las familias implicadas. Este ‘foro’ común sobre la problemática y la atención que necesitan esas personas sensibiliza al resto de la sociedad. La integración permitirá compartir experiencias y no sólo para aquellos que lo viven de cerca. Estas acciones hacen que el resto de la sociedad se conciencie y sea más fácil la lucha por la igualdad”. La integración y la evolución son dos ingredientes que defienden la presencia de estos niños en el equipo de fútbol. Eva Goya es la progenitora de Alexis, quien llegó este año al Récord: “Mi principal preocupación es la alimentación, no come bien. Todo el problema de visión se le ha pasado al estómago. Siempre le hablamos de la importancia que tiene para la práctica deportiva. Sin comer no se puede jugar al fútbol”, explicó. Eva Goya recuerda cómo fueron los inicios de su hijo en el mundo del fútbol: “Estábamos en La Gomera y Alexis jugaba en la Torre del Conde. Allí lo vio un entrenador y quiso ficharlo. No lo teníamos claro porque siempre estaba débil porque no comía bien. Era alérgico a algunos alimentos y se fue haciendo un círculo que nos ha costado mucho atajar. Pero ahí comenzó y desde ese momento el fútbol forma parte de su vida. Lo es todo. Muchas veces no sé de dónde saca la energía. Pero tengo la esperanza y la convicción de que el deporte le ayude a superar ese problema”, dijo. Sus comienzos no fueron fáciles: “Recuerdo que no le dejaban jugar porque llevaba un parche en uno de sus ojos. Pero su insistencia y la de su padre acabaron con Alexis en un equipo de fútbol. Siempre quiere aprender cosas nuevas y es muy emotivo ver cómo evoluciona y crece como persona”. La discapacidad de Alexis le lleva a utilizar gafas en los entrenamientos. Sólo se las quita para los partidos, pero no llevarlas significa un empeoramiento de su estado: “No puede estar mucho tiempo sin gafas. Una vez jugó sin ellas y llegó a casa con muchos dolores de cabeza. De hecho estuvo tres días sin poder ir al colegio”, recordó su madre.