Fútbol en Marcha 6 noviembre, 2013 | Page 20

Muy relacionado con la cohesión de equipo están los objetivos. Para cualquier futbolista es muy importante que se respeten sus objetivos personales (controlar su ansiedad, disfrutar en el campo, no distraerse con problemas familiares…), sus objetivos individuales que contribuyen a la marcha del equipo (meter goles, parar faltas, defender a un/a jugador/a que se le ha asignado para un partido…) y su objetivo de equipo (bien a corto plazo –ganar el siguiente partido, no encajar más de un gol…- o a largo plazo –quedar entre los tres primeros en la liga, ascender de categoría…-). Cuando Como último apunte sobre los objetivos, para la definición de los objetivos de equipo deben seguirse las siguientes pautas: ? Establecer, en primer lugar, los objetivos a largo plazo que sean específicos y exigentes. ? Definir el camino hacia los objetivos a largo plazo mediante el uso de objetivos a corto plazo. ? Hacer participar a todos/as los/as integrantes del equipo en la fijación de objetivos. ? Seguir de cerca el progreso hacia los objetivos del equipo. ? Recompensar el progreso del equipo hacia sus objetivos. todos los objetivos se coordinan para lograr el objetivo de equipo no surge ningún problema. El conflicto aparece cuando alguno de los objetivos individuales no contribuye para nada en la consecución de la meta de equipo. Por ejemplo, si un/a Fomentar una eficacia colectiva para alcanzar futbolista está a pocos goles de ser el/la los objetivos. pichichi (objetivo individual) puede que no tenga tan en cuenta que gane su equipo (objetivo de equipo). Cuando un/a delantero/a realiza un juego muy individualista para ser él/ella, y solo él/ella, el/la que meta los goles, está pensando más en su objetivo individual que en el de equipo, que se puede frustrar por la negativa del resto de compañeros/as a pasarle balones debido a su poca colaboración o que él/ella mismo/a decida intentar hacer todos los tiros aunque esté en mala posición para hacerlos, hecho que desequilibra al equipo no solo en juego, sino también a nivel psicológico, porque el resto de compañeros/as pasan a tener el objetivo de “no pasarle balones” en vez de “jugar coordinador para ganar”. Continuando, los equipos que carecen de cohesión entre sus miembros manifiestan situaciones como la formación de subgrupos dentro del mismo equipo, el empobrecimiento o ausencia de comunicación, la negación de responsabilidades ante un error colectivo echando la culpa al resto…, todas ellas situaciones que poco favorecen no solo la práctica deportiva, sino también la lucha por tener resultados positivos.