Había una vez un pescador que le gustaba sentarse debajo del árbol a la luz de la luna a esperar que saliera del río su amigo el pez, con quien todas las noches hablaba y le contaba sus problemas.
El pez un día le dijo que él no tenía familia, su amigo el pescador le ofrece su amistad y su casa, pero él tenía una esposa muy gruñona que no lo dejaba tener peces en la casa.
Pasaron los días tratando de convencer a su esposa pero ella le decía que no.
Una mañana la esposa del pescador se va al río a lavar la ropa y se encuentra con más pescadores que se llevaron la abundancia que había en el río.
Ella sorprendida sale a contarle a su esposo el pescador que se había llevado a su amigo el pez.
Él sale a buscarlo desesperado hasta que lo encuentra y le dice que a su familia se la han llevado. El pescador entonces lo mete en un balde y se lo lleva para la casa, donde le cuenta a su esposa lo sucedido.
Ella le dice que se debe quedar, su esposo la abraza y le dice gracias.
Finalmente le hicieron una pecera para que él tuviera donde nadar, sin tener que volver al río.
Desde ese día el pez, el pescador y su esposa se hicieron grandes amigos y vivieron muchas aventuras. Fueron felices para siempre.
Autor: KimmyEsneider Campos (Grado 305)