Había una vez dos sombreros, uno se llamaba Kevin y el otro se llamaba Justin, eran hermanos.
Kevin era perezoso, bondadoso, le gustaba hablar soñar y reír, pero era viejo y canoso. Y su hermano era arrogante, aventurero, le agradaba gritar, bailar y era fuerte.
Un día Justin salió a una aventura con Kevin su hermano. En el camino, Justin mientras caminaba, gritaba: “soy el mejor y nadie más lo será”.
Y gritó tan fuerte que un águila se despertó y se lo llevó a las montañas más altas y lo usó como nido para sus crías. Kevin, triste, duró semanas y semanas buscándolo y decidió subir a la montaña para ver si podía rescatar a su hermano. Cuando lo encontró, estaba viejo y ajado, pero se reconocieron y volvieron a casa cuidándose el uno al otro.
Así fue que Justin aprendió a ser humilde y vivió feliz junto a su hermano, para siempre.
Autor: Silvia Yuliana Lache Salas (Grado 302)
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