EXPRESION 1 | Page 20

LA FILOSOFÍA COMO ARMA PACÍFICA

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LA FILOSOFÍA COMO ARMA PACÍFICA

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De ninguna guerra quizás, se puede afirmar que haya sido motivada o causada por la Filosofía. Yo estoy convencido de que las contiendas bélicasocurridas en la historia de la humanidadno tienen un origen filosófico,aunquequienes las inciten consideren que su Filosofía de vida los impulsa a provocarlas y sustenten la violencia como medio para alcanzar la paz, tal como ocurre con un partido político en Colombia y cuyo nombre es mejor no mencionar pero que bien pueden ser considerados seguidores de San Agustín, el gran Santo de la Iglesia, pues este dice que“El hombre, con la guerra, busca la paz; (…).Aun los que perturban la paz de intento, no odian la paz, sino que ansían cambiarla a su capricho”; o seaque realmente,“su voluntad no es que haya paz, sino que la paz sea según su voluntad” y la voluntad de ellos es la guerra para someter al enemigo y que así se alcance la verdadera paz, justa y duradera.Mejor justificado no podría estar para quienes hoy se oponen a que termine la confrontación con un grupo armado, olvidando de paso que los conflictos que se cierran con el sometimiento del enemigo, son más los problemas que causan que los que solucionan.

Tampoco la violencia, como expresión infame, maligna, siniestra y perversa de la guerra, puede tener sustento filosófico. Y me atrevo a afirmarlo porque la Filosofía es una actitud racional frente a las situaciones de la vida, y reaccionar de manera razonable frente a una diferencia, provocación o suceso adverso, es de hecho evitar la violencia. El caso de Leucipo, quien por no ser muy conocido, su colega Epicuro consideró la posibilidad de que no hubiera existido,negándole y a la vez ignorándole su pensamiento, es una prueba de todo lo que la Filosofía puede hacer sin recurrir a la violencia; hoy, el medio para negarle la existencia a alguien hubiese sido la desaparición forzada. También está el caso de Demócrito quien dice: “fui a Atenas y nadie me conoció. Conocí a Sócrates pero Sócrates no me conoció”.

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