buceo libre y con aparatos, base de la
economía local.
Los manglares de Nichupté funcionan
como biofi ltro natural de los arrecifes de
coral aledaños, con lo cual su salud de-
pende de la salud de este ecosistema, ya
que retienen sedimentos, contaminantes
y excesos de nutrientes de las aguas que
desde el continente llegan al mar.
También funcionan como biodefensa o
muro vivo ante el embate de fenómenos
que vienen del océano como marejadas de
tormenta, vientos y elevación del nivel del
mar, por mencionar algunos, protegiendo
la infraestructura urbana y hotelera de
Cancún. Por otro lado, prestan servicios
ecosistémicos culturales por su valor es-
cénico y estético y forman parte del paisa-
je natural del Caribe mexicano. En los ca-
nales entre los polígonos de esta ANP se
lleva a cabo el denominado “Joungle Tour”,
importante actividad turística recreativa.
Además de lo anterior, como todos los
manglares, esta ANP brinda innumerables
servicios ambientales a la pesca, la esta-
bilización de climas, formación de suelos,
biodiversidad y, particularmente, al se-
cuestro de carbono, tema prioritario ante
el escenario de cambio climático.
La terrible devastación y la asombrosa recuperación
En octubre de 2005 el huracán “Wilma”
impactó las costas del estado durante tres
días. La velocidad del viento arrancó todas
las hojas de los mangles del área, de tal
forma que el manglar al borde de las lagunas
murió. La cubierta forestal se perdió, de
los árboles quedaron sólo ramas y troncos
secos. El ecosistema quedó destruido y
degradado hacia la parte continental. Mu-
cha de la fauna con poca capacidad de
desplazamiento (anfi bios, repti-
les, crustáceos) murió y otra –
particularmente las aves– huyó
antes de la entrada del huracán.
Se requería de una restaura-
ción total y para la planeación
de este trabajo no se contaba
con documentos de referencia,
excepto el “Manual Práctico para
la rehabilitación del ecosistema
de manglares en Yucatán, Mexi-
co” elaborado por la Comisión
Nacional de Áreas Naturales Pro-
tegidas (CONANP), el Centro de
Investigación y de Estudios Avan-
zados (CINVESTAV) del Instituto
Politécnico Nacional, y la Agen-
La pérdida de las hojas de los mangles por la velocidad del viento, dejó en estas condiciones cia de Cooperación Internacional
el manglar en Nichupté a días de haber pasado el huracán Wilma en 2005
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