ESCUELA DE DESCODIFICACIÓN BIOLÓGICA ORIGINAL 2015 2017 Vol.4 | Page 85

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Entrevista

¿Cómo aplicas estas terapias?

Realizo un trabajo de introspección con la persona. Lo ayudo a que mire hacia adentro y se dé cuenta de aquello que no estaba haciendo alineado con su biología, y de lo que podría hacer para mejorar su situación. Le facilito recursos – o le señalo los que ya tiene y no usa- para que entienda su síntoma, para que lo acepte y consiga integrarlo, en lugar de luchar contra él. La finalidad es empoderar al paciente para que tome las riendas de su vida y realice los cambios necesarios.

¿Qué tipo de cambios?

Los cambios que intentamos facilitar son para evitar volver a caer en conflictos emocionales que generan estrés mantenido subliminal y automáticamente. Por ejemplo, aprender a poner límites, a decir que no, a ser más asertivo, más resolutivo. A expresar el acontecimiento para que no quede impreso en su vida.

¿Cómo se puede expresar? Porque a veces lo contamos pero continúa en nosotros…

Hay que buscar el resentir y las emociones guardadas. Esto supone ser capaz de expresar lo que piensas y lo que sientes, y conectar con ello de antemano. Es darte el permiso de poder expresarte. Emotivamente. No guardar dentro de ti esas emociones negativas, y que puede contribuir al deterioro de tu salud

¿Cómo se interrelaciona la terapia integrativa con la medicina tradicional?

Son terapias complementarias, pero que mantienen cierta distancia por el momento. El puente se está construyendo, lento pero seguro. En parte gracias a la ciencia, que cada vez demuestra lo importante que es la regulación del estrés en la salud y la enfermedad; en parte por los pacientes, que son la prueba viva de los beneficios que experimentan; y en parte (cada vez más), los profesionales sanitarios convencionales –alguna vez enfermos también- que lo van viendo, viviendo e integrando a su ritmo. En el Instituto Oncológico Baselga hay un amplio equipo de médicos y enfermeros. Y luego estamos nosotros, que apoyamos el proceso de la persona con medicina natural y atendiendo la parte emocional viéndola como una alidada, y no como un problema. Somos un servicio adicional, distinto, que ofrece otra manera de entender el síntoma y de relacionarse con uno mismo y la enfermedad. Y ello suma, más bien potencia su visión con escope holístico e integrativo.

¿Los doctores son reacios a las terapias integrativas?

Los médicos están cada vez más abiertos a todo aquello que pueda resultar beneficioso para el paciente, pero hay de todo. Nosotros no intentamos convencer a nadie. La información está ahí y el paciente puede ver que hay más opciones, que hay otra forma de entender su patología y que pueden tener un apoyo diferente, que no antagónico. Tenemos claro que la cooperación es la base. En este trio: la convencional, la integrativa y la persona, lo importante es trabajar todos a una, con rigor.

¿Es un proceso lento?

Normalmente, estructuramos el tratamiento en tres módulos. En el primero, trabajamos el estrés biológico: intentamos que el paciente entienda el síntoma y que lo acepte. En el segundo, hacemos una regresión mediante hipnosis para desactivar las emociones guardadas. Regresamos hasta donde sea necesario: la infancia, el vientre materno, los antepasados… La tercera sesión es la de aprendizaje: “deja de ser tú y comienza a ser la mejor versión de ti mismo”. Para ello hay que dejar atrás ciertos patrones de conducta, patrones aprehendidos.

¿Trabajas en todas las etapas de la enfermedad (diagnóstico, tratamiento, superación...)?

Sí, las abordo todas. El estado de ánimo varía mucho de una etapa a otra, pero siempre calibro las necesidades del paciente para que deje atrás sus miedos y se desactive del pasado… y del futuro. Intento que se centre en el aquí y ahora.