ESCUELA DE DESCODIFICACIÓN BIOLÓGICA ORIGINAL 2015 2017 Vol.4 | Page 73

de fractura familiar le deja una huella profunda en su autoestima. El estrés y el descuido gobiernan infancia y adolescencia. Lola recuerda el clima de hostilidad que reinaba en el hogar, apenas mitigado por la presencia amorosa del padre, gastronómico de oficio, que nutrió la fortaleza de Lola y de su hermana.

“El abandono y falta de respaldo continuaron a lo largo de mi vida, por parte de mi madre. No tuve apoyo ni con mi separación, ni con la vulnerabilidad y acoso laboral que empecé a sufrir”.

Carga con una historia familiar difícil. Se siente agobiada, pesada. Le hago notar el colgante que ha elegido para completar su vestimenta: una cadena con una medalla de un árbol. Todo un lenguaje…

Descodificamos su sobrepeso (dice que tener 71 kilos es lo máximo que va a soportar) y le muestro que la cifra es la misma que su año de nacimiento. Revisamos su biografía, su percepción de ser sostén, pilar y la necesidad de protegerse de las adversidades externas (profesionales y familiares). Analizamos cómo la subida de peso implica -además de baja autoestima en lo laboral- una bajada del peso (de sus ingresos).

Cuando elaboramos un plan de acción sobre su conciencia del rol de sostén familiar, acepta que no ama a su madre, nombra su encono sin rencor y sin emoción; y asegura que la relación con la comida es tóxica, pero no puede modificarla.

Para su propia mirada devaluada en lo profesional le hago ver la elección y la vocación: la neurofisiología se resignifica a la luz de su propia ironía: “me tocó sobrevivir entre la hermana muerta y el hermano paralítico, ¿a qué iba a dedicarme?” El humor (ácido) es su gran aliado.

En la siguiente sesión podemos recuperar escenas de sus re-sentires y dotarlos de nuevas percepciones corporales. Comenta con menos dramatismo un dato de su nombre: “me llamaron así porque al nacer la partera dijo que le haría un descuento a mi madre si me ponía su nombre”. Profundizamos en las sensaciones corporales de llegar al mundo con el valor de “un descuento” en la identidad (el nombre), evacuamos el estrés de una situación que aún no quedó saldada.

Puede reconsiderar las dolencias congénitas de sus hermanos y re-acomodar su lugar en ese clan. Advierte la gran exigencia a la que se vio sometida.

Hace consciente que hoy no tiene que salir a ninguna lucha, a ninguna batalla para obtener la comida, se apropia de un concepto clave: “el mamut es interno, está en mi cabeza”. Y cuando deja de juntar energía extra para resistir, comienza a descender de peso.

Dos meses después, en la 3° sesión dice: “me vi, me escuché, me creo, me proyecto”. Expresa compasión por la madre y hasta se permite agradecerle “la glucosa que me dio energía en los primeros 7 días del embrión”. (Esto deriva de un protocolo de proyecto y sentido trabajado en la segunda cita).

El efecto sanador y de crecimiento personal de Lola se aprecian en la recuperación de su silueta, en su renovado entusiasmo laboral y en la alhaja que luce en su cuello el día que nos despedimos: una frágil, liviana y sutil libélula donde antes pesaba un árbol difícil de cargar.

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Transgeneracional

Lic. Diana Paris

Lic. en Letras, escritora y psicoanalista especializada en análisis Transgeneracional y Resiliencia. Autora de los libros de psicogenealogía "Secretos familiares" y de "Mandatos familiares, ¿qué personaje te compraste?"