ÁngelesWolder
En mi opinión, en lo humano y en todo lo que atañe a acompañar al otro, prima el respeto y, por eso, esto se ha constituido en un pilar en la Descodificación Biológica Original tanto en el ámbito terapéutico como en la formación. El respeto es un soporte sobre el que colocamos la formación de los muchos alumnos que nos han confiado su crecimiento, tanto a nivel personal como profesional, y que permitieron que la Escuela de Descodificación Biológica Original pudiera abrirse al mundo para multiplicar la transmisión de este sistema, que es en el que creemos y en el que la unión mente cuerpo deja de ser una división artificial, y el proceso de mejora del bienestar pasa por un camino personal y espiritual.
Entendemos que cada ser humano es responsable de su vida, de sus acciones y de cómo enferma o cómo mejora su bienestar para lo que escogerá libremente el sistema que considere más adecuado. No hay un único sistema o forma de curar, ya que hay enfermos y no enfermedades, y a cada uno le puede ayudar por su biotipo, por su construcción, por su manera de vivir un sistema y no otro. Cada sujeto es auto responsable y decide por sí mismo. Nadie le obliga a hacer una u otra cosa sino a informarse y saber cuáles son los límites incluso los límites personales que se han de atravesar si se quiere mejorar el bienestar.
También cada uno puede responsabilizarse de mirar hacia adentro y ver de dónde viene el malestar, la frustración y la incoherencia interna o seguir asignado al exterior las causas de sus tristezas, sus problemas o sus enfermedades. Ver el conflicto interior lleva a tener que resolverlo desde el interior. Depositarlo en el exterior hace que la solución tiene que venir desde afuera. Esas decisiones se merecen el respeto de quienes opinen igual, y de quienes no lo hagan, y de no querer convencer a otro de nuestras ideas. Suelo decir en cursos o conferencias: pruébalo y si te sirve, ¡adelante!
El respeto que se deposita en las personas que acompañamos se aprende. ¿Cómo? Realizando trabajo personal que te permita estar “limpio” frente al otro, y cuando algo te mueve una fibra interior, que puedas abordarlo, supervisarlo y estar en la mejor disposición. También se puede hacer mediante la formación continua y el Post-Grado de Terapia Integrativa, que siguen la misma línea de trabajo de todos estos años, que como Directora de la Escuela he compartido con todos los que se han acercado. Una vez más y en mi opinión cooperar es respetar la evolución de la información. No hay propietarios con conflictos de territorio. Hay seres humanos con ganas de crecer y yo soy una de ellas.
El acompañamiento se realiza con personas, con seres humanos, con la materia más noble ya que abren su corazón y su alma y esto solo puede ser tratado con respeto.
¿Qué podemos hacer? Primero continuar con nuestro trabajo donde la excelencia sea aquello que nos defina. Alejarnos de cualquier discurso terapéutico que prometa milagros y maravillas o que obligue a dejar algún tratamiento médico, psiquiátrico o farmacéutico (no olvidemos que la medicina alopática nos está ayudando en el diagnóstico y el tratamiento) y trabajar junto a las asociaciones que velan por la regularización de las terapias (quiero destacar aquí el trabajo de APENB y el de Marcos Vélez, su presidente).
Estoy segura de que podemos convivir en un mundo en el que las diferencias sirvan para crecer.
Ángeles Wolder Helling
Carta de la Directora
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