ESCUELA DE DESCODIFICACIÓN BIOLÓGICA ORIGINAL 2015 2017 Vol.4 | Page 20

Yo viví un cáncer hace unos años y hoy acompaño a pacientes oncológicos en Barcelona. Mi intención es darles las herramientas necesarias para curar las heridas emocionales que subyacen bajo de la enfermedad.

El cáncer no es una desgracia, un enemigo que se tiene que combatir a cualquier precio, ante el que hay que resignarse. El cáncer es la punta de un iceberg. Una mínima parte de una realidad oculta, que emerge para evitar la colisión.

No debemos olvidar que somos una integración de varios cuerpos.

El cuerpo físico, el cual la sociedad sabe cómo atender con los estereotipos sociales de vida sana. Sabemos qué hacer para cuidar nuestro cuerpo. Lo ejercitamos, lo alimentamos, lo cuidamos. Pero, ¿sabemos cuidar nuestros otros cuerpos?

El siguiente nivel, que hay que atender es nuestro cuerpo mental. Dejamos que éste se llene de creencias y estas creencias se convierten en nuestra forma de ser. Pero nunca nos detenemos a ver qué creencias estructuran nuestra personalidad. Si éstas nos limitan en nuestro crecimiento vital o, si por el contario, generan crecimiento. Desatendemos aspectos tan importantes como la autoestima, los límites, los valores y los objetivos.

El siguiente es el cuerpo emocional. Expresión del inconsciente. Es el lenguaje de nuestro cuerpo. La atención y el cariño que nos damos. Emociones que vienen asociadas con las sensaciones corporales. Todos albergamos todas las emociones. Todas están en nosotros. No podemos rechazar aquello que conforma parte de nuestra esencia. La inteligencia emocional radica en escucharnos. En oírnos de un modo especial. Sin juicios, sin críticas, en definitiva, sin ego.

Y por último, el cuerpo espiritual. La energía que subyace en nosotros. Esa energía que se genera en cada átomo. Como la energía del imán que atrae partículas de hierro y las aglutina en un solo espacio, nuestro cuerpo. Y cada célula formando una comunidad que trabajan por y para un fin. La vida. Hay un principio que dice: “la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma”. Si en realidad, y hay evidencias científicas, somos energía ¿por qué tememos morir? ¿Y si la muerte es la transformación de una nueva realidad? No importa la creencia que tengas. No se trata de religiones. Se trata de tu verdadera naturaleza. Si atendemos al principio de la energía que subyace a todo ser. Si esa energía es la misma en todos nosotros. ¿Para qué las etiquetas? ¿Para qué las comparaciones? ¿Para qué las peleas?

Mi propósito es aunar todos los cuerpos. Que la persona aprenda a gestionar sus emociones, escuchar sus sensaciones, controlar sus pensamientos negativos y alimentarse con equilibrio interno.

Todo en perfecto estado metabólico. Si nuestras células son los habitantes de nuestra comunidad, llamada cuerpo, debemos darles el equilibrio necesario para que su funcionamiento sea óptimo.

"Mi propósito es aunar todos los cuerpos. Que la persona aprenda a gestionar sus emociones, escuchar sus sensaciones, controlar sus pensamientos negativos y alimentarse con equilibrio interno. Todo en perfecto estado metabólico. "

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