ESCUELA 3 DE 5 | Page 34

Atraviesan la habitación de los tapices, se encuentran con un demonio que se ofrece a guiarlos. Ninguno de los dos le cree. Virginia entonces, se da vuelta y toma de uno de los bolsillos de su vestido un frasquito con agua bendita y se lo arroja. Llamas enormes lo envuelven, huye, escapa por una de las ventanas que da al jardín pero la luna de la noche termina por iluminarlo y se esfuma para desaparecer.

Simon y Virginia están muertos de miedo. La joven quiere irse pero el fantasma la convence. Falta poco para su liberación y la necesita.

De pronto Drácula y una bandada de murciélagos se aparecen ante ellos. Frankenstein, La momia y El hombre lobo vigilan los pasillos para impedir que el fantasma atraviese las paredes y escapen. De todas maneras, Simon intenta hacerlo pero recuerda que Virginia es mortal y no debe dejarla sola. Repentinamente ve un pasadizo, la toma de la mano y ella confiando en su compañero lo acompaña. Saben que es la única forma de salvarse. El hombre lobo astuto y sagaz advierte lo que va a pasar y avisa al resto. Ellos siguen corriendo desesperados hacia su libertad pero una inesperada puerta aparece en el camino. Drácula intenta usar su mordedura fatal con la muchacha, Virginia se agacha y el hombre murciélago termina clavando sus colmillos en la pesada y vieja madera de la puerta. Desesperado ve como caen al piso. Se siente casi desnudo.

Le hombre lobo le ofrece: _ ¿Quieres los míos? Drácula acepta y desaparece.

La puerta se abre sola. Aparece del otro lado una extraña mujer de terrible aspecto que los recibe con la boca abierta. Ambos se sorprenden cuando la mismísima Muerte sale como palabras de aquella boca que alzando la voz se exclama:

_ ¡Simon Canterville!!!! ¿Quieres renunciar a esta vida de fantasma?

_ ¡Siiii! ¡Estoy demasiado cansado!

_ Así se hará pero èsto tiene un precio.

_ ¿Cuál?

_El alma de la jovencita que te acompaña la quiero para mí.

El fantasma mira a Virginia y con los ojos llenos de lágrimas le dice:

_ No lo hagas. Es un precio demasiado alto.

La joven decide no escucharlo y acepta la oferta. El fantasma desaparece. Logró el descanso eterno gracias a ella.

La Muerte mira a la muchacha y le dice:

_ Vete con tus padres. Tu alma es demasiado noble, de otra forma jamás hubieses aceptado dar tu vida por la de Simon. ¡Hazlo ya…..antes que me arrepienta!.......

En el salón de los tapices Virginia y el fantasma se confesaron el amor que uno sentía por el otro. Él le dijo que desde que la vio con su cabello rubio y su mirada tan dulce se enamoró. La amaba a escondidas pero no entendía como ella lo quería a pesar de su terrible aspecto.

La joven sabe que se casará con Cecil, su novio mortal, pero no lograba ocultar más ese amor tan extraño que la unía a Simon, el fantasma asesino, que ahora estaba más feliz que nunca. Ella daría todo por él y tomados de la mano fuertemente decidieron pasar por los muros del salón y enfrentarse a lo desconocido.

Del otro lado cuatro fantasmas atroces los esperaban, mejor dicho, esperaban a Virginia. El primero intentó distraerla con una enorme luz que mandaba desde los agujeros de sus ojos pero ella extendió sus brazos hacia él y levantando la palma de las manos pensó en la energía que de ellas podía salir, la misma energía que ponía en lograr aquellas cosas que más le costaban. Rayos de luces se entremezclaron hasta que se encontró sola.