ESCUELA 3 DE 5 | Page 33

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El Fantasma de Canterville

EL CAPITULO PERDIDODE LA HISTORIA...

Capítulo V bis OTRA VERSION...

Virginia y el fantasma atravesaron el muro de los tapices. La decisión de ella no fue nada fácil pero sabía que las penurias de Lord Canterville debían terminar de una vez por todas.

Del otro lado avistaron una cueva y tras ella un interminable pasillo que terminaba a lo lejos en una luz tan blanca y pura que entendieron que ése era el final.

Los dos tomaron coraje y pasaron lentamente por aquel estrecho camino. A medida que avanzaban se les presentaba cada pecado del fantasma: envidia, lujuria, egoísmo y maldad. Virginia trató con todas sus fuerzas de no horrorizarse ante la crueldad de aquel ser humano que alguna vez fue aquella alma en pena que ahora necesitaba de ella pero que esta vez se había arrepentido de todo el mal que en vida ocasionó. Su misión era ayudarlo no juzgarlo.

Continuaron…entonces comenzaron a aparecer seres demoníacos de ambos lados que le susurraban:

_ ¡Virginia, ten cuidado! ¡No debes perdonarlo!¡ Nos pertenece para toda la eternidad!. Se tapó los oídos para no escucharlos. Apuraron el paso. Nada los detendría.

De pronto el camino recto dejó de serlo, se estrechaba paso a paso, casi tanto que debían caminar tomándose de las paredes para no ser tragados por los profundos precipicios. La luz permanecía del otro lado como un banderín de llegada, lo que era alentador y desafiante a la vez ya que nada hasta ahí había resultado fácil.

El fantasma sufría por cada paso que daba, desde otra dimensión se repetía como en una película, escena tras escena, paso a paso, su peor acto humano: el crimen de su esposa, y en la oscuridad Virginia pudo ver en el horrible rostro de su acompañante dos enormes lágrimas que caían hacia la vieja e interminable barba. Comprendió que no estaba equivocada, estaba actuando cómo debía, el fantasma realmente estaba arrepentido. Tratando de esquivar todo tipo de insectos y roedores repugnantes ve salir de una pequeña cueva tres espantosos monstruos que nuevamente intentan que abandone su propósito.

_ ¡Déjalo, no sigas o jamás volverás a ver a tu familia! Él no tiene salvación posible.

Pensar que se perdería en ese mundo horrible la hizo dudar nuevamente pero respirando hondo continuó el viaje. La luz parecía iluminarlos cada vez con más fuerza, comprendió que el fin estaba cerca. No dejaban de mirarse entre sorprendidos y temerosos. Escuchaban voces que repetían palabras que no lograban entender. De repente se encuentran con un grupo de personas arrodilladas y de entre ellos, atravesando la luz blanca apareció radiante y joven aquella esposa asesinada, con su cara sonriente y una mirada que gritaba el perdón que Lord Canterville venía buscando desde hacía cuatrocientos años. Ella le tendió la mano, las cadenas desaparecieron mágicamente al mismo tiempo que sus ojos miraron agradecidos a la joven y despidiéndose por fin de este mundo. Los esposos caminan hacia la luz y Virginia, de pronto, vuelve a estar en el salón de los tapices.