ESCUELA 3 DE 5 | Page 28

SEXTO:

LEJANAS HISTORIAS GRIEGAS DE HÉROES Y DIOSES

TESEO, EL HÈROE DE ATENAS

Teseo, hijo del rey Egeo y de la princesa del Trecén, fue criado por su madre y su abuelo. Desde niño demostró su valentía, coraje y fuerza.

Dieciséis años después la madre le dio la espada y sandalias que su padre, rey de Atenas, le dejó antes de marcharse para que el joven se presentara con ellas ante él y ser reconocido por fin como único heredero del trono.

Se despidió de la familia y partió hacia Atenas. En el camino encontró enemigos y los combatió hasta derrotarlos. Fue un largo viaje hasta que llegó ante el rey, quien al verlo supo que era su hijo inmediatamente. Comienza entonces a hacerse cargo de los asuntos del reino y llega a sus oídos que una vez por año Egeo debía mandar a Creta siete doncellas y siete jóvenes para alimentar al Minotauro, una bestia, mitad toro, mitad humano que estaba encerrado en un enorme laberinto que Minos, el rey de la isla y rival de Atenas habían mandado a construir para encerrar a este ser mitológico indestructible. Su padre lo despide temeroso pues sabía que no era nada fácil lo que Teseo se proponía hacer. Antes de la partida le pide que al regresar cambie las velas negras de la embarcación por velas blancas, de esta forma él lo reconocería desde lejos. El muchacho prometió hacerlo y partió acompañando a los catorce jóvenes que esta vez servirían de almuerzo al Minotauro.

En Atenas, el encuentro con Minos no fue del todo amable. El rey, lo desafió todo el tiempo pues además sabía que Teseo contaba con la especial protección de Poseidón, dios de las aguas sin embargo nada asustaba al muchacho que fiel a su coraje enfrentó sin dudar cada agravio del monarca. Derrotar a la bestia era realmente un verdadero problema, no solo por la fuerza descomunal de ella sino también por el lugar donde habitaba, el laberinto, y del cual era imposible salir.

Antes de cumplir su propósito conoce a Ariadna, hija del rey, quien al verlo se enamora a primera vista de él y sabiendo que su vida corría peligro le ofrece un ovillo mágico que le serviría para poder escapar del laberinto. Una vez allí Teseo y la bestia se encuentran uno frente a otro. Después de una lucha cruel que parecía interminable el minotauro muere bajo la espada del joven, que pudo entonces salir usando el ovillo. El rey Minos, entonces cumplió con su promesa: Si Teseo ganaba dejaría en paz para siempre a los atenienses y les permitiría salir de Creta.

Todos felices partieron, llevando una nueva pasajera a bordo, la princesa Ariadna, que seguía a su amado. En la isla de Naxos, el dios Dionisio, la ve y se presenta ante ellos con la firme decisión de llevarse a la joven quien para evitar una desgracia mayor parte con él, dejando a su amor Teseo. Las desagracias recién empezaban para el héroe pues olvidó la promesa que le había hecho a su padre. Egeo, al ver desde lejos que la embarcación continuaba con las velas negras creyó que su hijo había muerto y desesperado de dolor se arrojó a las aguas del mar que desde ese día lleva su nombre, el Mar Egeo.

Al desembarcar Teseo se entera de lo ocurrido y muy a su pesar ocupa el trono de su querido padre.