Seguramente en el futuro, la gente me recordara como una heroína de la Independencia del Alto Perú. Soy descendiente de una familia mestiza y quedé huérfana en edad muy temprana. Pasé mis primeros años en un convento de monjas.
Juana Azurduy
En 1802 contraje matrimonio con Manuel Ascencio Padilla, con quien tendría a mis cinco hijos. Tras el estallido de la revolución independista el 25 de Mayo de 1809, mi marido y yo nos unimos a los ejércitos populares, que fueron creados con el nombramiento de Juan Antonio Álvarez, como el gobernador del territorio. Durante el primer año de lucha, me vi obligada a abandonar a mis hijos, y tuve que entrar en combate en numerosas ocasiones.
En 1810 me incorporé al ejército gobernador de Manuel Belgrano, que quedó muy impresionado con mi valor en los combates.
En 1816 mi marido y yo tuvimos que luchar en la región de Villar, pero él tuvo que ir a Chaco, y yo quedé a cargo del combate. Luego de haberlo ganado en Villar, Manuel Belgrano, decidió otorgarme el rango de teniente coronel de las milicas, las cuales eran la base del ejército independentista de la región.