El Muro Noviembre 2015 | Page 42

La música es definida actualmente por la mayoría de las personas como algo imprescindible, sin lo cual la vida estaría “vacía”. Sin embargo, su verdadero objetivo ha cambiado a lo largo de los años y ahora éste parece más obtener ganancias que hacer arte, algo que cautive, no necesariamente a todos pero a quienes la sepan apreciar.

Si uno se detiene a escuchar la música actual, los géneros ya casi no se diferencian uno del otro, todas las canciones parecen ser una combinación entre “pop” y “electro” ya que es lo más aceptado por las personas que las compran. Las canciones tienen su origen cuando las personas decidieron acompañar la poesía con la música, la cual podía entenderse y tener un significado por sí sola.

Como cualquier expresión del arte, la música debería ser la expresión de lo que siente y piensa quien la hace. Debería tener dos polos: para algunas personas ésta tendrá un sentido único que les inspire, mientras que otras personas simplemente no la comprenderán y por lo tanto no podrán apreciarla.

Tristemente, esto se ha perdido con el tiempo y ahora que hay alguien ambicioso detrás de casi cada canción, lo único que se busca con la música es que le guste a todas las masas por igual, para así generar el mayor ingreso posible. En consecuencia de esto, todas las canciones actuales se conforman de dos partes: música electrónica (repetitiva, generada con sonidos ya existentes combinados en una computadora) y letra que abarca temas como amor (muy generalizado, refiriéndose más al que sienten dos novios que llevan siéndolo menos de 4 meses), las noches en los antros o las discos, sexo (la misoginia es muy frecuente), en fin, temas dirigidos al morbo y la vanidad de las personas. También se ha convertido en algo trascendental la imagen de los artistas para tener una opinión sobre su música. Antes era importante conocerlos porque así podrías saber de dónde viene lo que expresan en sus obras, qué es lo que los inspiró. Sin embargo, ahora lo que le importa a la gente es principalmente el físico de los artistas y su vida personal y, si no les gusta cualquiera de los dos, pueden negarse a aceptar cualquiera de sus productos musicales. Quienes hacen música deberían hacerlo por el simple gusto de crear algo que toque a los que la escuchen en lo más profundo, no con el objetivo de conseguir su codiciado dinero.

¿Qué ha sido de las bellas artes?

Música: ¿Arte o Negocio?

Diana Rivera Hernández

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