El Murciélago Diciembre 2014 | Page 35

LA LECTURA Es curioso como una frase o un fragmento te pueden hacer reflexionar tanto sobre algo en concreto o sobre la vida en general. Hace unos días leí lo siguiente en uno de mis libros favoritos: “Pasé mi vida metida entre las páginas de los libros. En ausencia de relaciones humanas, formé vínculos con los personajes del papel. He vivido el amor y la pérdida a través de los artículos enlazados en la historia, experimenté la adolescencia por asociación. Mi mundo es una red entretejida de palabras, tendida rama a rama, cada hueso con tendones, pensamientos e imágenes de todos los puntos. Soy un ser compuesto de letras, un personaje creado por sentencias, producto de la imaginación, formado a través de la ficción”. Esto me hizo pensar. Los libros son creaciones humanas. En ellos podemos encontrar diferentes tipos de relatos: historias de amor, aventuras en mundos inventados, reflexiones de la vida o vivencias de las personas. En definitiva, todos ellos nos cuentan algo. Aquellos que amamos la lectura y que nos apasiona tener un nuevo libro en nuestras manos por el simple placer de disfrutar su contenido, sabemos que da igual el género al que este pertenezca, lo que importa es que nos guste y que nos emocione, o que nos haga sufrir y llorar. Resumiendo, que nos haga sentir diferentes emociones. Normalmente, los libros que leemos pueden definirnos, pueden desvelar lo que ni siquiera nosotros sabemos de nosotros mismos. Si el amor es lo principal, podemos descubrir qué tipo de relación buscamos basándonos en si nos gusta una pareja o no. Si es histórico, podemos saber si estamos de acuerdo en una serie de principios o si por lo contrario estamos totalmente en contra de lo que se creía en la época. Si es de aventuras, podemos conocer qué es aquello que nos gustaría vivir para dejar a un lado nuestra rutina diaria. Si es de fantasía, encontraremos una serie de seres que nos gustaría que existiesen o que nos alegramos de que sean una simple invención. Sin embargo, esto no es lo que más me sorprende. Lo que de verdad me impacta es la forma que tienen las palabras de transmitir un pensamiento y hacernos replantearnos nuestra completa existencia. Porque, ¿cuántas veces hemos tenido que abandonar la lectura para pensar en algo que ha ocurrido? ¿Cuántas veces marcamos una página o subrayamos una frase porque algo nos ha llegado al corazón? Tengo necesidad de mencionar estas otras dos frases de una novela diferente, pero igual de importante para mí. La primera es “Uno siempre debe tener cuidado de los libros y con lo que hay dentro de ellos, pues las palabras tienen el poder de cambiarnos”. La segunda es: “Vivimos y respiramos palabras, fueron los libros los que me hicieron sentir que, quizás, no estaba completamente solo”. Y tenía que escribir estas dos frases por la simple razón de que creo que no pueden ser más acertadas. Muchas veces, nuestra personalidad e incluso nuestras vivencias, se ven reflejadas en personajes que no tienen nada que ver con nosotros. Sus palabras empiezan a ser las nuestras, comenzamos a cambiar nuestra opinión de un tema porque hemos leído algo que nos ha parecido más correcto que nuestra idea inicial. Nos vemos influenciados por la literatura, y en la mayor parte de los casos no somos conscientes de ello. Los autores consiguen con sus mundos hacernos modificar pensamientos que llevan con nosotros toda l