El libro de la verdad y de la vida El libro de la verdad y de la vida | Page 123

A NTONIO P INTO R ENEDO rasen la estatua de la bestia. E hizo poner a todos, peque- ños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, una marca impresa en la mano derecha o en la frente, a fin de que nadie pudiese comprar ni vender si no estaba marcado con el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí la sabiduría: Quien tiene entendimiento calcule la cifra de la bestia. Porque es cifra de hombre. Su cifra es seiscientos se- senta y seis. Apocalipsis 13:11 En la actualidad, los partidos políticos también se afa- nan por marcar a los ciudadanos y convertirlos en instru- mentos de sus intereses, les embaucan con sus instigaciones y fomentan el odio contra el resto de partidos con el único fin de anular su capacidad de raciocinio y obtener así un voto que lo que hace es convertir a los ciudadanos en cóm- plices de sus inequidades, e impedirles poder hacer nada hasta las próximas elecciones. Porque cuando un ciudadano vota, lo que hace es dar su poder a unos políticos que ya no tendrán necesidad de con- tar con ellos, como mínimo, durante cuatro años, que es lo que suelen durar los ciclos electorales, y el poder de los vo- tantes quedará secuestrado durante todo ese tiempo al no poder hacer nada para cambiar las cosas. A esta clase de de- mocracia no se le puede considerar como tal, puesto que una auténtica democracia es aquella que consulta a los ciu- dadanos todas y cada una de las leyes de forma vinculante, y no de manera simbólica como ocurre ahora. Con esto no quiero decir que no haya nada de positivo en los actuales modelos democráticos, pero es un grave 123