El Corán y el Termotanque | Segundo número | Page 9
El Corán y el Termotanque
La conciencia opera su obligación con lógicas de vigor ostentoso, cuyo efecto entre los hombres se conoce como reglamentos y controles; ese y no otro es el vicio primordial
de los protagonistas del relato. Se trata de seres mundanos,
rendidos al vanidoso culto de sus propias explicaciones. Modestias fatuas en el concierto de lastimoso enfrentamiento.
LAS MILICIAS
EMPLUMADAS
Por Brusco Marechal
Ilustraciones: Juan Paz
E
l embelesado Roberto Melaño (como todo
escritor que se precie) era un hombre afín a la ilustración de ideas a partir de historias y parábolas.
También decía, nuestro extraviado hombre, conocer experiencias que la memoria colectiva había olvidado por
completo, incluso, es imposible hallar rastros documentales
de algunas de ellas (la mayoría), razón por la cual muchos le
endilgaron a Melaño el ser víctima de arrestos de mitomanía o
simplemente dijeron que se trataba de un incurable mentiroso.
Una de esas historias relatadas por Melaño versaba acerca
del adoctrinamiento y la homogeneización mental de las
comunidades. Según nuestro fatídico autor, existió un lugar
en donde hasta los pollos fueron adoctrinados. Contaba el
recusado escritor que en aquel sitio –que él ubicaba en lo
que hoy conocemos como Medio Oriente – las gallinas y los
pollos habían sido sometidos a un intenso trabajo de domesticación, logrando regimentarlos en base a firmísimas normativas y costumbres militares. Semejante militarización no
respondía –explicaba Melaño – a ningún capricho irracional,
sino que guardaba una razón importante: aquella comunidad
dependía pura y exclusivamente de la producción de huevos,
por lo que apuntalar las técnicas y reducir los márgenes para
el error era una necesidad que los g