tados internacionales la injerencia de unas razas en
los asuntos de las otras, además la sede de las nacio-
nes unidas sería rotatoria y habría una en cada conti-
nente y zona racial, de modo que cambiaría de lugar
cada cinco años aproximadamente, además se aban-
donaría el discriminatorio derecho de veto que se
implantó tras la guerra mundial de modo que el voto
sería por mayoría. En lo que se refiere al control de
las armas nucleares ya no se consideraría lícito que
aquellos países que posean estas armas se crean en el
derecho a invadir aquellos países que deseen tenerlas
para impedírselo, pues lo lógico y justo sería crear unas
leyes internacionales que establezcan que en las mis-
más circunstancias todos los países que las cumplan
puedan acceder a ellas sin coacciones, pues después
de la segunda guerra mundial más que controlar la
proliferación de estas armas lo que se hizo fue crear
un monopolio de ellas por parte de los países vence-
dores de dicha guerra, lo cual se utilizó como excusa
para la invasión de Irak y la imposición de sanciones
a Irán, sin embargo los estados unidos se apresuraron
a proveer de estas armas a sus aliados Francia, Ingla-
terra o Israel ¿ Es que acaso a los habitantes de estos
países se les debe considerar personas con derecho a
vivir pero a los árabes no? Usando dos varas de medir
es imposible traer la paz, porque al final lo que aquí se
decide es quien ostenta la supremacía del mundo y es
evidente que quien posee armas nucleares tiene ventaja
con respecto a quien no las tiene en cualquier nego-
ciación política. No es que este mal tratar de evitar la