lizan esto como pretexto para poder considerarse en
el derecho a invadir cualquier país del mundo e inte-
grarlo bajo su gobierno, véase sino el ejemplo de la
invasión de Argelia por los Franceses y de Irak por
los norteamericanos para poder apropiarse del petró-
leo e imponer allí un gobierno favorable a sus intere-
se y empresas, pero con el resultado de un país des-
trozado y un millón de víctimas civiles como conse-
cuencia. Es decir que por un lado se finge la unidad
racial y por el otro se invaden los países de las demás
razas, esto es un acto de suprema hipocresía que ya
hicieron antes los romanos y con resultados desas-
trosos.
Lo correcto sería que cada raza se limitase a consi-
derar lícita su expansión política únicamente dentro
de su zona racial, es decir que se formarían en la tie-
rra cuatro zonas, una la perteneciente a la raza blan-
ca, sobre todo en la zona de Europa Norteamérica y
Australia, otra para la raza negra principalmente en
África, otra para la raza árabe, en el norte de África,
Centroamérica, oriente medio y la India y otra para
la raza amarilla en Asia. Como consecuencia de ello
las razas se reagruparían de modo que por ejemplo en
Estados Unidos sería necesario crear nuevas naciones
mediante la división de su territorio, a los indios na-
tivos se les podrían entregar las reservas para que
pudieran crear allí sus propios estados y a los negros
se le entregaría otro territorio como por ejemplo la
mitad de Florida o los territorios más cálidos del sur.
Así cada raza tendría sus sistemas de gobierno de
forma diferenciada y estaría prohibido por los tra-