El camino hacia la nueva era | Page 84

lizan esto como pretexto para poder considerarse en el derecho a invadir cualquier país del mundo e inte- grarlo bajo su gobierno, véase sino el ejemplo de la invasión de Argelia por los Franceses y de Irak por los norteamericanos para poder apropiarse del petró- leo e imponer allí un gobierno favorable a sus intere- se y empresas, pero con el resultado de un país des- trozado y un millón de víctimas civiles como conse- cuencia. Es decir que por un lado se finge la unidad racial y por el otro se invaden los países de las demás razas, esto es un acto de suprema hipocresía que ya hicieron antes los romanos y con resultados desas- trosos. Lo correcto sería que cada raza se limitase a consi- derar lícita su expansión política únicamente dentro de su zona racial, es decir que se formarían en la tie- rra cuatro zonas, una la perteneciente a la raza blan- ca, sobre todo en la zona de Europa Norteamérica y Australia, otra para la raza negra principalmente en África, otra para la raza árabe, en el norte de África, Centroamérica, oriente medio y la India y otra para la raza amarilla en Asia. Como consecuencia de ello las razas se reagruparían de modo que por ejemplo en Estados Unidos sería necesario crear nuevas naciones mediante la división de su territorio, a los indios na- tivos se les podrían entregar las reservas para que pudieran crear allí sus propios estados y a los negros se le entregaría otro territorio como por ejemplo la mitad de Florida o los territorios más cálidos del sur. Así cada raza tendría sus sistemas de gobierno de forma diferenciada y estaría prohibido por los tra-