En realidad, la mayor parte de las enfermedades
son provocadas por la ingestión excesiva de calorías,
por lo tanto la solución no es medicarse sino reducir
y ajustar las calorías consumidas a las gastadas. Por
ello es conveniente limitar el número de comidas en
una persona adulta a cuatro diarias, es decir dos co-
midas pequeñas y dos grandes alternadas de forma
rítmica, es decir a cada comida pequeña le seguiría una
comida grande y viceversa, de modo que entre cada
comida no se consumiría nada calórico solo agua.
Esto además de ser un buen método de auto-
control serviría también como medida de higiene
dental, pues si después de cada comida se procede a
un enjuague y después solo se bebe agua los dientes
no sufrirían la tan perniciosa caries. Una buena medi-
da para combatir la obesidad sería tener una alimenta-
ción esencialmente vegetal y sin excluir el pan, pues
este alimento además de facilitar el tránsito intestinal
hace que uno se sienta lleno fácilmente.
También ayudaría prescindir del coche siempre y
cuando esto sea posible, algunos olvidan que el cuer-
po humano es una máquina hecha para trabajar, in-
troducir calorías en el cuerpo y no gastarlas es muy
pernicioso para la salud, la gente tiene que aprender a
descubrir el placer de comer con moderación.
También es cierto que en algunos casos de obe-
sidad existe una predisposición genética a padecerla,
este problema se debería resolver estableciendo un
programa de erradicación de esos genes defectuosos
por parte de los gobiernos.