lidad, es la inteligencia lo que motiva al filósofo a
comenzar sus investigaciones y le ayuda a descubrir
las claves del progreso científico.
El cuarto factor es la intuición, esta cualidad es la
que da lugar a la videncia, es decir a la capacidad de
tener un pensamiento deductivo más allá de lo nor-
mal. Para ello es necesario unir intimidad, inteligencia
y honestidad, pues sin esta última cualidad las conclu-
siones de un filósofo se trastocarían y se verían de-
formadas y equivocadas, pues la honestidad permite
valorar las circunstancias en su justa medida. En
cualquier caso, solo cuando se adquiere ese estado de
postración y distancia es posible conseguir la sensibi-
lidad necesaria como para trascender del tiempo y
lugar y ver las cosas con la perspectiva suficiente como
para ser un verdadero innovador ante el resto de los
ciudadanos.
Debido a las especiales exigencias que tiene la fi-
losofía para poderse desarrollar, como son la concen-
tración o la intimidad, es la ciencia menos evolucio-
nada de todas en la actualidad y por esto es la que
más tendrá que avanzar en los siglos venideros.
LA INSPIRACIÓN DIVINA
Mucha gente se pregunta, ¿qué es eso que se de-
nomina inspiración divina y que comúnmente se
atribuye a los grandes precursores de las religiones
como Buda, Cristo o Mahoma, procede de entidades
superiores o extraterrestres? Eso, aunque puede ser