sentido sino mediante una nueva reencarnación. En el
pasado esta verdad no era comprendida, esto explica
el excesivo valor que se daba a la conservación de los
cuerpos después de morir.
En cuanto al infierno, podría decirse que es el es-
tado de sufrimiento al que se llega por seguir un ca-
mino equivocado y por lo tanto se puede salir de él
una vez que se retorna a la dirección correcta. En
consecuencia, esa idea del infierno como un sitio al
que se va para siempre es una ingenuidad, pues
mientras haya vida en el espíritu este puede cambiar.
La idea del castigo irreversible únicamente se pue-
de entender como aplicable para esta vida no para las
siguientes, al final todos los seres encontraran el ca-
mino y podrán llegar al destino final en el cielo.
En lo que se refiere al diablo, podría decirse que
no tiene una existencia física real, pues es una forma
abstracta de definir el error cuando este se dirige ha-
cia el mal. En realidad el diablo solo puede adquirir
forma humana cuando una persona asume el mal
como forma de comportamiento, pero no porque un
espíritu maligno le haya poseído, sino porque al ele-
gir esa opción lo representa, es decir que un diablo es
un ser que se ha vuelto malvado, pero si deja de serlo,
entonces también dejará de ser una expresión del
diablo.
En cuanto a la correcta definición del ángel caído,
esta sería que en el pasado el mal existía en muchos
mundos en el espacio, pero según esos mundos de
los que proceden los ángeles lo han erradicado ya so-
lo quedaría en los mundos primitivos como la