El camino hacia la nueva era | Page 40

les habla de milagros, esto no significa que el mensa- je de Jesús deba ser por ello despreciado, pues lo ver- daderamente divino en su vida es su mensaje, no su persona, y todas las tentativas que se hicieron des- pués para divinizarle a él, a su madre, o a los apósto- les, no fueron sino una aberrante forma de politeís- mo con el fin de encumbrar de una manera insensata y malintencionada la vida de este profeta. No es mi intención culpar a los apóstoles de ello, pues al inventar estas historias lo que trataron es de conseguir que el mensaje de Jesús trascendiera en un mundo repleto de supersticiones que no estaba dis- puesto a aceptar a un mesías que no hiciera milagros. En cambio sí es responsable la iglesia, pues una vez se consiguió que el mensaje de Jesús se conociera en toda la tierra se debió de oponer a cualquier forma de adoración de su persona de su madre o de los apóstoles, pues lo verdaderamente divino es el men- saje de Jesús. Porque lo importante no es quien nos transmite un mensaje o una enseñanza, lo importan- te es la enseñanza en sí misma, Cristo fue el último eslabón en la transmisión de una cultura que llevaba muchos siglos de evolución y solo por esto resulta jus- tificado escucharle. Tampoco es correcto afirmar que Jesús era judío, pues es como decir que no tenía nada nuevo que aportar a su religión y Jesús ante todo era un profeta, es decir un filósofo innovador dispuesto a denunciar los fallos allí donde los veía, esa fue la razón de que los líderes religiosos pidieran su muerte. También hay quienes quieren ver en Jesús a un personaje político 40