de las enfermedades genéticas como a la formación
moral de sus ciudadanos. La arrogancia y la vanidad
son sin duda los grandes enemigos a derrotar en este
mundo, por eso, en el futuro, la humanidad ya no se
planteará la violencia o las guerras como modo de
conseguir las cosas, porque es a través de la con-
vencia pacífica, la ciencia y la técnica como se logra la
felicidad.