EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART EL BOLCHEVISMO DE MOISÉS A LENIN - DITRICH ECKART | Page 50

pensaron librarse posteriormente con la ayuda de Moisés; tengo que reconocer que este lance no carece del todo de cierto humor sarcástico». VIII «Resulta exactamente» –consideró Hitler- «como aquello que escribiste una vez: Uno sólo puede comprender al judío cuando sabe adónde quiere llegar en último término. Más allá del dominio sobre el mundo entero, es a la aniquilación del mundo. Cree tener el mandato de avasallar a toda la humanidad, para así poder, como se dice a sí mismo, construir el paraíso sobre la tierra. Se ha persuadido a sí mismo de que sólo él está capacitado para esa tarea, y habrá de venir necesariamente tal como él lo quiere. Pero ya sólo en los medios que emplea se deja traslucir que ellos conducen en secreto hacia otra parte. Mientras simula elevar a la humanidad, la abisma en el tormento de la desesperación, de la locura, de la perdición irremisible. Si no le ordenamos que se detenga, llegará a aniquilarla. A ello se haya consagrado, a ello le impele su propia naturaleza; a despecho de vislumbrar entre tinieblas que con ello se aniquilará a sí mismo. Pero no puede cejar, debe consumar su obra. Creo de verdad que la causa originaria de su odio es este sentimiento que tiene de la incondicional dependencia de su existencia de la propia existencia de sus víctimas. Anida en querer aniquilar forzosamente a alguien, con furia desatada, pero vislumbrando simultáneamente que ello conduce sin salvación posible a la propia perdición. O si así lo prefieres: anida en la tragedia de Lucifer». *** Las anotaciones de Dietrich Eckart se interrumpen en este punto. La prisión preventiva que le sobrevino a este egregio poeta y combatiente alemán a raíz de los acontecimientos del 8 y el 9 de noviembre de 1923, unida a lo súbito de su fallecimiento al poco de su liberación, impidieron la conclusión de una obra tan sumamente significativa y testimonial como esta de cara a un encuadre apuntalador de signo cristiano del movimiento völkish. Sólo nos cabe esperar que Adolf Hitler, cuando finalice el proceso por alta traición incoado contra él en el presente en Munich, siga disponiendo de suficientes ánimos morales como para asumir la tarea de dar término a la presente obra, interrumpida justo inmediatamente antes de su conclusión. Munich, a 1 de marzo de 1924 Editorial Hoheneichen 48