INFORME ESPECIAL
¿Cómo las diferencias culturales enriquecen e impactan positivamente a los negocios?
Sara Altamirano MBA
Los 200 millones de inmigrantes que hay en el mundo generan una riqueza de 1,800 millones de dólares cada año y contribuyen al
desarrollo del Tercer Mundo tres veces más de lo que hacen todos los países industrializados juntos.
Veamos algunos ejemplos:
Sergey Brin, de origen ruso, es cofundador de Google y tiene una fortuna que asciende a los $40mil millones de dólares. La familia
de Brin llegó a los EEUU como refugiados de la Unión Soviética cuando él era un niño de seis, en el apogeo de la Guerra Fría. Es el
hombre #12 más rico del mundo.
Claudia Mirza, nació y creció en Colombia en los años ochenta, durante la guerra de los carteles de droga. Creció en la pobreza y se
fue de inmigrante ilegal a EEUU a los 18 años, consiguió una beca y estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Hoy, es una empresaria,
dueña de Akorbi, que genera más de $20M por año.
Estos son solamente dos ejemplos, pero el 51% de los fundadores de startups valuadas en más de un billón de dólares, son
inmigrantes. Y en el 87% de los casos, uno o más inmigrantes jugaron un rol fundamental en que estas empresas alcanzaran el
éxito. Juntas, estas compañías tienen un valor de $170 mil millones de dólares y generan, directa e indirectamente, millones de
empleos. Solamente Google emplea a más de 60 mil personas.
A nivel mundial, el número de inmigrantes ha pasado de 72 a 200 millones en los últimos 30 años.
Es obvio que los inmigrantes no solamente son sólo mano de obra, sino que también generan riqueza. Cada año mandan a sus
familias en todo el mundo 130 billones de dólares, ayudando a fortalecer las economías de los países con menos recursos obviamente.
Entonces, los millones de personas que viven en situación ilegal, podrían contribuir a un mayor crecimiento si fueran reconocidos
como ciudadanos legales.
Una de las grandes injusticias que se cometen con el inmigrante se produce en los medios de comunicación tradicionales y redes
sociales. En muchos casos hablamos de ellos como un "problema". El problema de la migración. De esta manera, la tendencia es
ver a los inmigrantes como un problema a resolver y no como una oportunidad de crecimiento y desarrollo. Pero que el inmigrante
trabaja, paga impuestos, consume, contribuye al mantenimiento del país y activa la economía mundial, raramente es noticia. El
papel del inmigrante en la lucha contra la pobreza mundial debería ser no solamente reconocido, sino fuertemente apoyado.
La inmigración da a los países una ventaja económica enorme a nivel mundial. Los inmigrantes aportan ideas innovadoras y espíritu
emprendedor a la economía. Proporcionan contactos de negocios con otros mercados, mejorando la capacidad de comerciar e
invertir con otros países. Mantienen la economía flexible, permitiendo a los productores mantener los precios bajos y responder a
las cambiantes demandas de los consumidores.
En un testimonio ante el Congreso el año pasado, el presidente de la Junta de la Reserva Federal,