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V OL U M E N 1 , N º 1
compartiendo todo
con él. Fue un padre,
un modelo, una persona que marcó mi
vida y mis horizontes
para siempre.
DBM: Dicen que le
llamaba cariñosamente “La Regla viviente”… ¿Por qué?
MG: Jajaja, exageraciones de Don Bosco.
Decía que yo era tan
cumplidor de las normas de nuestra Congregación y de nuestra casa que si alguien
tenía alguna duda de
qué hacer en algún
momento, bastaba
con mirarme para saber qué decía la regla.
Una exageración. Es
verdad que siempre
he sido un hombre
muy disciplinado y
que en los Salesianos
encontré el sentido
de mi vida, pero Don
Bosco siempre exageraba conmigo.
DBM: ¿Cómo se sintió cuando Don Bosco murió?
MG: Fueron momentos muy duros. Se
pensó incluso en cerrar los Salesianos, en
que los que nos habíamos hecho Salesianos,
nos fuéramos con
otras Congregaciones.
En Roma no lo veían
claro y en todas partes del Mundo hubo
un momento de dolor
intenso.
Yo tuve que secarme
las lágrimas y ponerme
a trabajar. No podía
dejar que todo esto
que habíamos soñado
juntos Don Bosco y yo
muriese con él. Él no
lo quería así y yo no
podía traicionarle.
Así que nos pusimos a
la obra y en los años
que estuve al frente de
la Congregación, pasamos a fundar casas
por todo el Mundo
como soñó Don Bosco. Extendiendo las
misiones salesianas de
punta a punta, tal como soñó Don Bosco.
DBN: Algún consejo
para nuestros lectores
MG: No os canséis de
hacer el bien y rezad
por los Misioneros, especialmente por los que
más sufren.
Padre Nuestro…
María Auxiliadora...