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EL TRABAJO DE LAS MUJERES SIGUE SIENDO MAL
REMUNERADO EN GUATEMALA
A pesar de que aumentó fuertemente su participación en el mercado laboral,
todavía la mayor parte de los empleos en el ámbito público lo realizan los hombres.
Miles de mujeres guatemaltecas laboran a diario en actividades domésticas,
atienden un negocio propio o familiar, son oficinistas, operarias, artesanas, directivas,
empresarias, profesionales... o simplemente son madres, esposas… trabajadoras. Sin
embargo, como lo señala Violeta Hernández, analista de la Asociación de Investigación y
Estudios Sociales (ASÍES), la participación de la mujer sigue siendo mal remunerada, en
condiciones precarias y en menor escala que la de los hombres.
Durante los últimos años la cantidad de mujeres que han ingresado en el mercado
laboral se ha incrementado. El significativo cambio se dio durante los años ‘90, pues, de
una participación laboral de 24.5% en 1989, la cifra aumentó en 41.2% en 1990,
principalmente en el comercio informal y en la industria de la manufactura, donde las
mujeres representan más del 50% de la población ocupada.
Las manos de la mujer en el trabajo. De acuerdo con datos del Instituto Nacional
de Estadística (INE), en 2002 y 2004 las mujeres representaron menos del 40% de la
población económicamente activa (PEA), y según la Encuesta Nacional de Condiciones
de Vida (Encovi) del 2006 los empleos en el ámbito público los ocupan mayoritariamente
hombres, y en el privado, principalmente mujeres, el cual invisibiliza el trabajo no
remunerado.
Violeta Hernández, experta de Asíes, advierte que “la mujer se ocupa
principalmente las actividades de comercio, el sector de los servicios sociales, en la
industria y en la agricultura, y estos son los sectores que se caracterizan por ser espacios
de informalidad y condiciones laborales más precarias”. Es decir, más empleo para las
mujeres no necesariamente ha significado que estos sean de calidad.
Según la Encovi del 2006, la categoría de trabajo no remunerado está integrada en
un 52% por mujeres y en un 48% por hombres. La Agenda Económica de las Mujeres
(Agem) da cuenta de que es en este rubro en el que se dan las contribuciones ocultas de