Ejemplo 3
Una de las formas de llevar al límite
las posibilidades de los compases
de amalgama es no ceñirse a repetir
el mismo tipo de compás, sino ir
cambiando la métrica sucesivamente
compás tras compás, como sucede
en este ejemplo.
En él, trabajamos un arpegio sobre una
armonía descendente relativamente
sencilla, pero que incluye acordes con
superextensiones, para conseguir
una sonoridad muy psicodélica y
ambiental.
En este ejemplo, los compases de
amalgamas aparecen ordenados de
la siguiente manera: 9/8, 11/8, 9/8,
11/8, 7/8, 5/8, 13/8, 4/4, cada uno
de ellos con sus correspondientes
acentos internos.
Sugerencia, intenta experimentar con
tus propias melodías, ampliándolas
o reduciéndolas en diferentes
compases de amalgama, a menudo
encontrarás muy buenas ideas.
Pablo Tato
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Cutaway Magazine /59