mayor para enlazar algunos acordes. En la Fig. 2 presentaremos diferentes ejemplos de cómo
aplicar estos conceptos, mencionamos las células rítmicas que escogimos y debajo de cada nota
el grado del acorde que estamos tocando.
La forma de utilizar este material es muy simple, sólo hay que escoger las células rítmicas que
nos gusten, combinarlas para crear un ritmo y posteriormente agregarle las notas permitidas
dependiendo de cada acorde que se nos pida. Algo muy importante es recordar que toda
esa música generalmente se basaba en un par de “Grooves” en toda la canción, una para
introducciones y estrofas, y otro para el coro. Esto no es del todo general, pero en la mayoría
de los casos así fue, por ello es necesario no abusar y juntar muchas células diferentes en cada
compás, de lo que se trata es de crear un ritmo base que pueda ser adaptado a cada acorde de la
canción y que desde luego sea bailable. En el video se explicará a mayor detalle el proceso para
utilizar las células.
Bien, pues es la lección de este número, en el siguiente presentaremos la segunda parte de la
lección. Una vez más gracias a Bajos y Bajistas por la oportunidad de compartir y a ustedes por
seguir las lecciones.
Saludos y … ¡A practicar se ha dicho!
Juan Carlos Rochefort.
twitter: @Rochesin