Cutaway Guitar Magazine | Page 53

“ Lucy saboreaba un vodka con hielo mientras se acariciaba los muslos... ” -El tema es más que sofisticado, yo diría que peligroso -afirmó Lucy con un tono de cierto misterio. -Así es señorita Lucy, Connducci es un estudioso pero también es un devoto y creyente del tema. -Aunque parezca mentira, el asunto Wesley no tiene una explicación concisa. Él perseguía leyendas urbanas y acabó convirtiéndose en una de ellas -aseveró Ugarte. -¿Crees que aparecerá algún día? -preguntó con cara de interés. -Ahí radica el peligro -dijo pensativa. -Y bien, Ugarte, ¿y qué hay de John Wesley? -continuó. -Es muy posible y puedo asegurar que de la manera más extraña, tal y como lo hizo Connducci en su día. -Sinceramente nada -contestó de forma tajante el detective-. Se evaporó. -El resto de chicos están controlados, ¿no es cierto? -preguntó Lucy con cara de satisfacción. Lucy saboreaba un vodka con hielo mientras se acariciaba los muslos, su minifalda y sus sandalias de altísimo tacón hacían el resto ante sus dos asistentes. -Si, a decir verdad no creo que aparezcan en tu nueva vida -afirmó muy seguro Ugarte. -¿Nada? -Bueno, esa afirmación es inexacta -dijo Lucy mientras balanceaba sus piernas con laxitud. -Ronnie Valmo, Kurt Wanda…, darían su vida por besar tus pies. Eso es tan cierto como que el sol sale cada día -contestó Ugarte con cierta solemnidad. -Es imposible saber qué sucederá querido Norberto, pero sí te diré que casi es mejor que se queden de momento donde están -concluyó Lucy. -Ahora solo me interesa Connducci, sería interesante conocer los entresijos de ese grupo de iluminados. ¿Te imaginas, Ugarte, convertirme en la reina de esos pervertidos? No me conformo solo con ser la reina de las zorras -dijo sonriendo la muchacha. -¿Ser adorada en un templo de locos cósmicos? Me produce escalofríos pensar tal cosa -dijo Ugarte mientras se ponía una copa. -Todo es posible, amigo mío: supón que llego a Connducci, supón que lo atraigo y le propongo que me enseñe su organización, sería una forma o tal vez la única de formar parte de ese grupo -dijo Lucy mientras se levantaba y se asomaba a la ventana de su estudio. La joven muchacha se estremecía de placer al pensar en una situación de unas características tan insanas, se acariciaba la melena y chasqueaba los dedos mientras sonaban viejos éxitos de Cliff Richard & The Shadows en el equipo de música. En ese momento su sirviente volvió a entrar en la sala con una bandeja en el que tan solo había un resplandeciente vaso de whisky con un contenido rojo más brillante si cabe. Lucy se acercó de forma lasciva mientras se pasaba la lengua por los labios. -Sangre fresca, vigorosa, oxigenante…, incandescente -decía la muchacha mientras tocaba el vaso con suavidad. -¿De quién es? -preguntaba mientras miraba a Gallup. -De un chico del centro de la ciudad, lo localicé el pasado sábado por la noche, no sufrió. Le extraje la sangre, no opuso resistencia. Después lo dormí. Al final no fue necesario matarlo -dijo Gallup con cara de felicidad. postales eléctrcicas 53