Cutaway Guitar Magazine | Page 68

Tuvo otro pequeño deseo..., rajar el cuello de algún hijo de puta. Estaba empezando a odiar a Connducci, era como una losa que le aprisionaba y no encontraba mejor manera de liberación que esa. Cogerlo en algún momento de descuido y ¡zas! Comía con lentitud mientras lo pensaba, miraba fijamente a la oscuridad con la voz de Jack Bruce de fondo, miraba fijamente sobre la oscuridad, miraba fijamente entre la oscuridad, quería fundirse en ella porque tal vez la oscuridad era lo más intangible que podía existir. Cierto es que en el pasado le unía una extraña amistad con Connducci, los tiempos de la gasolinera y todas esas cosas, el encuentro con Valmo y las historias de desiertos y desaparecidos. Cutaway Magazine /55 ...meditar en medio de un silencio espectral mientras el sol se escondía era un momento de una belleza salvaje y brutal... Cuando Connducci decidió iniciar sus aventuras por Europa, Kurt creyó que lo mejor era seguir a su colega, pero después supo que no tomó la mejor opción. Ronnie, por su parte, se quedó en el desierto y desde entonces nunca más supo de él. Y ahora él se encontraba en un punto inexacto del centro de la vieja Europa, el norte y el sur quedaban a ambos lados, se encontraba como en medio de una gran brújula sin saber muy bien hacia dónde mirar y mucho menos hacia dónde ir. Sencillamente era todo un desastre, sencillamente eso -pensaba con cierta angustia Kurt. Y además estaban todas esas locuras de Connducci que no llevaban a ningún sitio. Seguramente tendría que tomar alguna decisión sobre todos esos asuntos y quedar al margen de ese mundo de charlatanes y presuntuosos. Escapar como siempre, escapar y desaparecer como Wesley y Valmo. Pensaba en ellos aunque tan solo conocía a Valmo. En ese extraño puzzle algunos se habían cruzado en su camino pero otros no y los demás se habían cruzado entre ellos, así que le faltaban algunos, suponía que era cuestión de tiempo. Algunos estaban escondidos en lugares que no conocía, otros simplemente habían desaparecido, nada sugería si quiera que estaban en algún lugar y a otros los sentía cerca aunque no sabía nada de ellos. Esa era su realidad ahora, los demás y él. Todos ellos dando vueltas en un mismo círculo, algunos de ellos cruzándose unas veces, otros intentando encontrar algo sin ser vistos y todos ellos y de nuevo, dando vueltas sobre un mismo círculo. Toni Garrido Vidal