Cutaway Guitar Magazine | Page 66

Postales Eléctricas ¿ Fire Exactamente, en qué instante un individuo deja de ser lo que cree que es? -preguntó Alan Connducci a los presentes de la sala. Un silencio duro y letal asombró a los allí presentes, un reducido grupo de colaboradores que parecían salidos de una película de terror por su aspecto circunspecto. Mientras charlaba con su verbo ilusionista que parecía la traslación de la palabra a un cuadro trampantojo, una pantalla ofrecía El Quimérico Inquilino. 66 Cutaway Magazine /55 Solo hablaba Connducci, los demás escuchaban y en algún momento Kurt le lanzaba algunas preguntas, sentía una enfermiza fascinación por el cine de Polansky, pero sobre todo, por el viejo forajido con quien abandonó la gasolinera y el polígono de la árida Arizona, dejando atrás los enloquecidos casos de Connducci, a su compañero Ronnie Valmo y la leyenda de John Wesley. Ahora Kurt Wanda completaba la trilogía de chicos con el deseo y la duda como única meta, ellos protagonizaban una misma película con varios personajes sujetos a tres vidas parecidas y sigilosas. Sus vidas siempre se retorcían en el crepúsculo del día y en las leyendas urbanas más profundas y perdidas, todas ellas flotaban como ánimas en pena en algunos lugares recónditos y desconocidos que normalmente estaban dentro de ellos mismos. Kurt suspiraba cuando le venían a la memoria aquellas sensaciones de soledad y fracaso, un monstruo desolador le incendiaba las entrañas, no conocía la paz ni siquiera en aquellos parajes tan alejados de todo. Connducci se adentró en los cuatro elementos de la teoría de Empédocles, por momentos parecía que levitaba, parecía otra persona, parecía un ser sobrenatural. Algo que él buscaba a conciencia, tal vez lo estuvo buscando siempre y lo había encontrado en un punto indeterminado del corazón de Europa.