por venir. Yo tengo claro que, si no hubiese sido por
tres o cuatro conciertos que me volaron la cabeza, hoy
no sería músico.
Tras una primera escucha de “Time goes on” se
aprecia una evolución en el sonido de la banda,
suena más a banda, se aprecia esa sensación de
compenetración que mucho tendrá que ver con
todo el rodaje en directo que supuso “140” y
en como estén grabados estos temas. ¿Qué nos
puedes contar de la grabación?
Se ha grabado en los estudios Brazil de Rivas. Donde
se sigue grabando cinta, en un magnetófono de 2
pulgadas. Batería y piano se grabaron en una sala
grande, húmeda. Guitarra y bajo en una sala seca y los
vientos en las escaleras. Todos tocando a la vez. La voz
se hizo en recordings, así como overdubs de guitarras
acústicas, etc. Su grabación es mucho más delicada.
También las cuerdas de uno de los temas.
He aprendido mucho de las canciones y de cómo se han
grabado, eso es lo mejor que me llevo de las sesiones.
Procuro reproducir esas diferencias en directo. Con
dos guitarras y un ampli y con la ayuda de pedales.
He tenido que hacer alguna inversión, pero creo que
merece la pena cuidar el sonido y defender la atmósfera
de cada tema.
Para “Time goes on” has contado con varias
colaboraciones ¿Cómo ha sido la experiencia
de contar con un artista como John Cleary? Y
sobre todo ¿Cómo surgió?
Jon Cleary vino a Europa de gira con John Scofield
para presentar el magnífico “Piety Street Band. En esa
gira, como en otras tantas, Toño Martínez, nuestro
ingeniero de mezcla, fue road manager.
Hizo buenas migas con Jon y nos facilitó ponernos en
contacto con él.
Le mandamos la pista a Nueva Orleans para que
grabara parte de la letra. Nos devolvió el original y
pistas de voz, slide guitar y panderetas. Casi nos da
algo.
¿Qué otras colaboraciones han habido?
Antonio Serrano ha grabado con su armónica en
Guilt. Angie Sánchez cantó conmigo The Maze.
Hemos contado con un cuarteto de cuerdas para
grabar Dientes. David Carrasco ha grabado con el
saxo barítono en todo el disco.
Cada uno de los temas tiene una atmósfera propia
que te lleva al escucharlo a distintas partes, hay unas
Se ha mezclado en L17 Music Lab, en Córdoba. Toño
Martínez ha puesto su talento y su paciencia infinita
al servicio de nuestra música. Se ha masterizado en
Phoenix, en Vault Studios. No podemos estar más
contentos con el equipo de gente que ha trabajado
para hacer este disco posible. No han escatimado ni un
ápice de esfuerzo ni de amor. Gracias otra vez desde
aquí a todos ellos.
¿Y esa evolución como se ha notado en tu
sonido?
Time goes on es una recopilación de 12 canciones
con sonidos, a mi entender, muy diferenciados. He
grabado con unas 10 guitarras y 5 amplis. Mucho
equipo antiguo y maravilloso.
He procurado buscar un sonido de guitarra adecuado
para cada tema. Desde limpios cristalinos de un
Bandmaster 64 hasta distorsiones de un VOX o un
Bassman 1965.
ENTREVISTA
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