Cutaway Guitar Magazine CUTAWAY 58 | Page 52

-Mi pequeña y viciosa Lucy -susurró desde la puerta de la entrada Norberto. -Ohh no sabes..., no sabes lo que estoy pensando, quiero conocer a Kurt Wanda, me falta él -dijo con pesadumbre Lucy. -Lo tenemos cerca, está con Connducci, así que con la ayuda de alguna extraña suerte se puede dar con los dos. Estuvieron juntos en la gasolinera del polígono junto a Ronnie Valmo y allí se les perdió la pista. Valmo se esfumó, pero Connducci y Wanda están en Europa, en algún lugar de Los Sudetes, en algún lugar del centro de Europa -dijo con seriedad Ugarte. Un nuevo relámpago cubrió la estancia, la pequeña y erguida vela que alumbraba se estremeció por leves segundos al igual que la sonrisa de Vince Taylor. Lucy empezó con una lúgubre danza 52 Cutaway Magazine /58 alrededor de la habitación mientras Ugarte la observaba, sentía el latido de la tormenta, el latido de la tierra, el aliento de Vince y de Kurt, el aliento de los dioses de la vieja Europa. -Soy Lucy y quiero perseverar en la búsqueda, quiero ser una diosa suspendida en el aliento de Thor, de Zeus, en el aliento de Marte, en la belleza de Hera, Venus y Afrodita -susurraba Lucy mientras se acariciaba los senos. Ugarte se excitaba por momentos con los ojos saliendo de sus orbitas. -¡Cómo te deseo Lucy! -decía hacia sus adentros el viejo Norberto. Todos la deseaban, como una bandada de salvajes aves que se deslizan por los oscuros y anaranjados cielos de la fría Europa. Aves que viajaban hacia el norte como ellos. Todos la deseaban. Todos. Todavía y tal vez para siempre. La bella diosa Lucy, cual Afrodita, cual Hera. Esa era Lucy. Una ninfa, una diosa, una zorra, una santa. Empezó a acariciar las fotos de Vince Taylor con las yemas de los dedos, besando con ardor aquellas fotos, besando aquel ángel de cuero negro. -Ohh cielos... ohh cielos -susurraba en silencio Lucy. Norberto seguía extasiado, mirando aquella hermosa criatura llena de vicios y deseos.