Didáctica
INÍCIATE EN EL II- V- I
¡La batalla del dominante!
De este modo el II, V, I quedaría en Dm7, G7 y CMaj7.
H
oy vamos a ver la famosa progresión II, V, I, muy común en las armonías de
Jazz clásico. Ciertamente en los contextos actuales y en composiciones más
contemporáneas este recurso ya no es tan utilizado, aunque es importante tener
un control del concepto, ver de dónde aparece y como y en que situaciones la
podemos emplear ya que ha marcado buena parte de la música en el siglo XX.
En la evolución de la música moderna,
debido a la aparición de estilos como el
Free Jazz que en ocasiones desarrolla
temas sin contar con un centro tonal
definido, algunas de las progresiones
clásicas se han ido diluyendo a medida que
el riesgo compositivo ha ido en aumento.
No obstante, es esencial conocer algunas
de las cadencias típicas que han marcado
la historia de la música y como músicos y
guitarristas nos encontraremos en infinidad
de contextos. En el ámbito del Jazz, el II V I
ha sido clave y tenerlo dominado es básico
para abordar un estándar en condiciones.
Empezaremos hablando de dónde
aparece. La idea surge de la cadencia
auténtica, la que va de un acorde
dominante (X7) hacia la resolución en su
tónica correspondiente.
Ésta cadencia nos puede llevar hacia un
acorde Mayor o hacia un acorde Menor.
En función de cual de los dos vaya dirigido
éste dominante, le correspondería un
ii-7 o un ii-7(b5). Vamos a ver un ejemplo
práctico.
De la escala de C Mayor Natural
obtendremos los siguientes acordes:
Para analizar la cadencia en menor utilizaremos la menor armónica, porque el acorde
que aparece en el quinto grado de la Menor Natural es v-7 y por lo tanto no es dominante.
La escala menor con dominante en el quinto grado es la Armónica.
En la escala de C Menor Armónica aparecen los siguientes acordes:
Así podemos decir que teóricamente la progresión habitual en menor sería Dm7(b5), G7
y Cm(Maj7). Como conclusión vemos que la diferencia principal entre una y otra está en
el II. Cuando va dirigida a la resolución mayor, nos encontramos con un ii-7, mientras que
cuando se encamina a menor, el acorde sería un ii-7(b5). Aún así, esto es en el terreno
teórico, ya que en la práctica muchas veces encontraremos composiciones que juegan
con la ambigüedad y con generar melodías que integren una cadencia a menor pero que
acaben con una resolución a mayor, y viceversa.
En el terreno práctico os he puesto dos ejercicios de habituación auditiva con la progresión.
Tanto el ejercicio 1 como el ejercicio 2 consisten en utilizar el arpegio correspondiente
a cada acorde para escuchar la cadencia. El primero es un II, V, I que resuelve a mayor, y
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