El punto frágil del alma es la zona de la
rosca y la tuerca, zona que puede sufrir
por una fricción excesiva de la tuerca
con la zona donde apoya. El punto frá-
gil a tener en cuenta por tanto es ése.
En caso de que el alma se sintiese muy
dura o agarrotada, se debe aflojar la
tuerca y lubricar con vaselina la junta
de la tuerca con el tope.
Ésta fricción se produce tanto si hay
tensión de cuerdas como si no la hay.
El apriete de alma debe ser razonable,
si se sintiese demasiado dura o que
hemos dado demasiadas vueltas de
apriete a la tuerca, el problema está en
otro sitio y el alma no cumple su fun-
ción.
Una vez más, la tensión de las cuerdas
no va a dañar el alma, es el apriete ex-
cesivo de la tuerca o la fricción anor-
mal la que daña el alma.
La única excepción a ésta regla es el
caso de mástiles que se encuentran
excesivamente combados, muy habi-
tual en bajos aunque también es po-
sible en guitarras. Cuando un mástil
está excesivamente combado, el alma
no es capaz de hacer efecto.
Aunque la apretemos, el mástil no se
endereza. En estos casos es impres-
cindible liberar de tensión las cuerdas
para que el mástil se enderece lo más
posible. En casos en los que a pesar
de quitar las cuerdas, el mástil siguie-
se muy doblado, es innecesario forzar
mediante gatos el mástil hasta que se
enderece y entonces ajustar el alma. En
cualquiera de estos casos, te recomien-
do que acudas a un luthier para ajus-
tarla.
En mis años de profesión he ajustado
el alma en torno a 15.000 instrumentos
y hasta la fecha no he dañado ningún
alma a una guitarra o bajo aplicando el
método general de ajustar el alma con
las cuerdas bajo tensión. Pese a ello, y
como siempre digo, esta es mi teoría,
no dogma.
Por último, cualquier manipulación del
alma causa los efectos más notorios al
instante, pero hasta unas 24 horas más
tarde no termina de mostrar el 100%
del efecto. No sería de extrañar que al
día siguiente del ajuste debamos hacer
un ligero retoque.
Juan Brieva
30
Cutaway Magazine /70