Cutaway Guitar Magazine CUTAWAY 68 | Page 45

con los maestros artesanos construc- tores de violines procedentes de la ciudad de Schoenbach. Fred Wilfer y el comisionado de refu- giados trabajaron duro para conse- guir el alojamiento. En otoño de 1946 se fundó una fábrica en un antiguo cuartel de Moehrendorf. A finales de 1948 la fábrica se trasla- dó a la cercana ciudad de Baiersdorf, pero pronto, el espacio queda insufi- ciente y desde finales de 1949, Bub- enreuth se convierte en el centro de los fabricantes de violines de Schoen- bach. Fred Wilfer construyó una de las fábricas más modernas de la época. En el verano de 1954 Framus se trasladó a la nueva fábrica. Alrededor de 170 empleados comenzaron a trabajar, disponiendo de 2.200 metros cuadrados para producir más de 2.000 instrumentos al mes. El boom del pop-rock y de la guitarra eléctrica explosiona y en 1966 se tuvo que construir una segunda fábrica en Pretzfeld, a 25 km al norte de Bubenreuth, conviertiéndose Framus en el mayor fabricante de guitarras de Europa, empleando a unos 300 trabajadores a finales de los años sesenta. En una entrevista, Fred Wilfer resumió su concepto global con las siguientes palabras: “It's not only important to produce instruments, over a long period it is important to ‘produce customers’". El modelo Stella 5 / 53-59 comienza a fabricarse a finales de los años 50, en un esfuerzo muy considerable de producir un instrumento que se acerque a la calidad de las archtop Gibson que tanto éxito tenían en Estados Unidos, especialmente la ES-175, que era la versión accesible frente a otros modelos más caros como la L5 o la Super 400. Finalmente, la política de precios de las empresas japonesas con sus exportaciones por debajo de costes de producción, junto con otros factores tanto externos como internos, llevó a Framus a la quiebra a finales de la década de 1970. Conocidos músicos han asociado su imagen a Framus, como Bill Lawrence, Peter Kraus, John Lennon, Bill Wyman, y desde Estados Unidos, Charlie Mingus y Jim Hall. Especial mención merece el guitarrista holandés Jan Akkerman. guitarras 45