Cutaway Guitar Magazine CUTAWAY 68 | Page 35

...mi primera guitarra eléctrica fue una Squier Strato, que ahora mismo tiene un antiguo amigo y que, entre broma y broma, no me quiere volver a vender… ¿ Cuándo comenzaste a tocar la guitarra? A los trece años. Tengo un primo que tocaba por entonces y cuando iba en año nuevo a su casa me quedaba pasmado mirando las guitarras, el amplificador y los pedales. Tiene mucho que ver que en mi casa y en el coche de mis padres siempre se ha escuchado mucha música. Cantautores como Sabina, Serrat, Ismael Serrano o Manolo Tena, y grupos como Dire Straits o Creedence Clearwater Revival. En el colegio ya nos reuníamos en los recreos a escuchar música y en el instituto, ya sabes, formas tu grupo de amigos según la música que escuchas. El rock nos juntó a unos cuantos y en ese momento me hice con mi primera guitarra eléctrica. Empecé a estudiar en la escuela de mi pueblo con Pedro Noda, que tiene mucha culpa de que hoy siga en esto. La guitarra se convirtió en una obsesión y formé muy pronto mi primer grupo. ¿Cuál fue tu primer instrumento serio? ¿Lo conservas? Mi primera guitarra eléctrica fue una Squier Strato, que ahora mismo tiene un antiguo amigo y que, entre broma y broma, no me quiere volver a vender… Luego tuve una buena Ibanez, una RG550 de principios de los noventa que aún conservo. Tienes estudios formales en IMT, Escuela de Música Creativa… ¿Qué recuerdas de esos años de estudian- te? ¿Tenías rutinas establecidas? He tenido la suerte de poder formarme en varias escuelas y con muchos profesores que me han marcado. Nunca he sido demasiado metódico. En la época del instituto lo era un poco más. Primero en el IMT junto a Iñigo Zubizarreta, Arturo Pérez y Sergio Sancho. Luego conseguí un par de becas de la AIE para estudiar en la escuela Creativa donde aprendí mucho de armonía, lenguaje, producción… Durante bastante tiempo me levantaba a la vez que mi padre lo hacía para ir a trabajar y estudiaba guitarra antes de ir a clase. Luego me llevaba los libros de armonía y los ponía encima de los de matemáticas, lengua…Al volver a casa seguía estudiando. Estaba un poco obsesionado, la verdad. Tocaba muchas horas pero nunca conseguía seguir los horarios y rutinas que me ponía yo mismo. Siempre me ha frustrado mucho eso. Al acabar seguí estudios con Félix Santos, que es un auténtico gurú del jazz y de la armonía moderna. Y, a parte, he recibido clases sueltas de Julián Kanevsky y de Diego “Twanguero”. De todos he aprendido mucho, aunque creo que donde de verdad entrevista 35