...mi primera guitarra eléctrica fue una Squier Strato,
que ahora mismo tiene un antiguo amigo y que, entre
broma y broma, no me quiere volver a vender…
¿
Cuándo comenzaste a tocar la
guitarra?
A los trece años. Tengo un primo que
tocaba por entonces y cuando iba en
año nuevo a su casa me quedaba
pasmado mirando las guitarras, el
amplificador y los pedales.
Tiene mucho que ver que en mi
casa y en el coche de mis padres
siempre se ha escuchado mucha
música. Cantautores como Sabina,
Serrat, Ismael Serrano o Manolo
Tena, y grupos como Dire Straits o
Creedence Clearwater Revival.
En el colegio ya nos reuníamos en
los recreos a escuchar música y
en el instituto, ya sabes, formas tu
grupo de amigos según la música
que escuchas.
El rock nos juntó a unos cuantos
y en ese momento me hice con mi
primera guitarra eléctrica.
Empecé a estudiar en la escuela
de mi pueblo con Pedro Noda, que
tiene mucha culpa de que hoy siga
en esto. La guitarra se convirtió en
una obsesión y formé muy pronto mi
primer grupo.
¿Cuál fue tu primer instrumento
serio? ¿Lo conservas?
Mi primera guitarra eléctrica fue
una Squier Strato, que ahora mismo
tiene un antiguo amigo y que, entre
broma y broma, no me quiere volver
a vender…
Luego tuve una buena Ibanez, una
RG550 de principios de los noventa
que aún conservo.
Tienes estudios formales en IMT,
Escuela de Música Creativa… ¿Qué
recuerdas de esos años de estudian-
te? ¿Tenías rutinas establecidas? He tenido la suerte de poder
formarme en varias escuelas y con
muchos profesores que me han
marcado.
Nunca he sido demasiado metódico.
En la época del instituto lo era un
poco más. Primero en el IMT junto a Iñigo
Zubizarreta, Arturo Pérez y Sergio
Sancho. Luego conseguí un par de
becas de la AIE para estudiar en
la escuela Creativa donde aprendí
mucho de armonía, lenguaje,
producción…
Durante bastante tiempo me
levantaba a la vez que mi padre lo
hacía para ir a trabajar y estudiaba
guitarra antes de ir a clase. Luego
me llevaba los libros de armonía
y los ponía encima de los de
matemáticas, lengua…Al volver a
casa seguía estudiando. Estaba un
poco obsesionado, la verdad. Tocaba
muchas horas pero nunca conseguía
seguir los horarios y rutinas que me
ponía yo mismo. Siempre me ha
frustrado mucho eso.
Al acabar seguí estudios con Félix
Santos, que es un auténtico gurú
del jazz y de la armonía moderna. Y,
a parte, he recibido clases sueltas
de Julián Kanevsky y de Diego
“Twanguero”.
De todos he aprendido mucho,
aunque creo que donde de verdad
entrevista
35