Efectivamente es una pregunta
muy difícil, pero me apasionan las
definiciones, ya que en ellas se
guardan los aromas del sujeto. Mi
autodefinición y autoafirmación
pasa por una purga, por un eliminar
lo que no soy.
No soy un guitarrista de flamenco,
aunque me apasione el estilo,
la tierra me llame y mis venas
se ensanchen cuando escucho a
Camarón.
No soy un guitarrista de rock, aunque
he coqueteado con él pero no saqué
nada en claro.
No soy un guitarrista clásico, aunque
me apasiona la sensación de obra
que tienen, la interpretación y la
pulcritud de la ejecución.
No soy un guitarrista de punk
aunque sea un estilo que me guste
mucho, me apasiona su mensaje y
su actitud.
No soy un guitarrista de funk,
aunque me vuelva loco tocar esas
semicorcheas una y otra vez, y deba
tanto a Ross Bolton.
No soy un guitarrista de jazz, aunque
sea el estilo que más esfuerzo le he
invertido y más me ha atraído por la
intelectualización de la música. No
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Cutaway Magazine /64
soy un guitarrista de fusión, porque
aunque me atraiga la mezcolanza se
me acaba cayendo el instinto de la
víscera.
pedazo de algo que no puedo definir.
¿Es una parte de una canción?, ¿De
una ópera?, ¿De una improvisación?
No soy un guitarrista de manouche,
aunque media juventud la invertí en
intentar tocar a Django y a día de hoy
sigo haciéndolo. Yo solo entiendo todo esto donde
estamos embarcados si se formaliza,
y eso consiste en plasmarlo en una
obra finita, acotada y estructurada.
Lo demás solo me parecen dossiers.
Todo esto es lo que no soy. El resto,
los “aunques” y el futuro es lo que
soy y seré. Es como si la gente dejase de ver
películas y ahora la tendencia fuese
ver solo trailers o leer sinopsis.
Habitualmente tocas para otros
artistas y por otra parte como líder,
imagino que te focalizas de manera
diferente según casos ¿Cómo lo
haces? Lo que tenemos entre mano es arte
no un muestrario de unos grandes
almacenes.
Efectivamente a veces me siento que
tengo la dualidad onda- corpúsculo,
en ocasiones toco al servicio de otros
y otras veces defiendo con mandoble
en mano, mis temas frente a la
circunstancia del momento.
En ambos actúo igual, ya que yo
siempre estoy al servicio de la
canción sea de otro o mía. Solo me
interesa la obra. Esto me lleva a no
entender, o entender muy bien lo
que ocurre hoy en día.
Internet está plagado de cientos
de videos de 1 minuto donde sale
tocando un instrumentista un
Una de curiosidades, cítanos 3
discos, 3 libros y 3 pelis que hayan
sido significativos para ti…
El infierno de lo finito me hace más
sufrir que escribir los títulos de los
infinitas obras que nombraría. Pero
en la depuración está la virtud.
Comencemos con los discos.
Art Pepper meets the Rhythm
Section:
Cuando escuché ese
disco siempre me dije “¡cómo se
puede tocar tan dulce!”, algo de ese
sonido lo quiero para mi. Encaja
perfectamente con mi personalidad.
Una vez que leí su biografía, que
aconsejo desde aquí, entendí una
vez más el porqué de ese color
embriagador que tanto me cautivó,
esas ideas tan naturales, ese
vocabulario tan soberbio, y esas
melodías evocadoras.
Joe Pass – Blues Dues: Es un disco
en directo de Joe Pass, que podría
haber dicho el Virtuoso, pero cayó
primero en mis manos este directo
que tanto desgasté y tanto intenté
transcribir.
Suffer – Bad Religion: La primera
vez que lo escuché pensé “Qué
aburrido”, la segunda y la tercera
vez seguía manteniendo mi postura.
Cuando a la cuarta lo escuché con
las letras en la mano, entendí la
obra que tenía delante.
Un
profesor
de
antropología
cantándome inquietudes que yo
tenía, con canciones rápidas y una
SG con un Marshall.
En aquel momento entendí la
delicadeza y sensibilidad que había
en ese vinilo.
Aunque no puedo cerrar este capítulo
sin nombrar el Ballad y el Soultrane
de Coltrane, El Gaucho de Steely
Dan, el Songs: The Art of the Trio
Volume Three de Brad Mehldau, el
Upside Down Side de Stern y el Trio