Cutaway Guitar Magazine CUTAWAY 59 | Page 57

Además tengo ganas de echarle el guante a ese Kurt -susurró Lucy mientras sorbía una vaso de agua. El mal tiempo daba paso un día luminoso y caluroso, algo que alegraba el semblante de la muchacha que tenía ganas de iniciar un nuevo capítulo en su vida de forajida. En el fondo sabía que era su forma de vida, y sabía que todo lo que había a su alrededor era por algo, nada era casual y, desde luego, tampoco lo era Kurt al igual que no lo fueron John y Ronnie. Se apoyó de manera descuidada en una barandilla y observó el paisaje, más allá de los estanques circulares y de la maquinaria de la depuradora, surgían unas lejanas montañas que sugerían infinidad de visiones, infinidad de instantáneas pasadas y futuras. Se preguntaba por Kurt, todo lo que sabía de él era a través de la información de Ugarte, así que lo sabía casi todo del chico de la gasolinera. Quería llegar hasta él y algún tipo de tic nervioso le invadía, tal vez el ansia le traicionaba o cierta inseguridad al rechazo. Pero, ¿cómo podía tener esas dudas una mujer como ella?, se preguntaba. La duda, esa incesante duda, esas dudas que lo imprimían todo, que lo sellaban todo, que lo marcaban todo. -Todo está marcado – pensaba Lucy mientras se pasaba los dedos por su boca y observaba la lejanas montañas que deseaba. Tras ella Ugarte y Gallup hacían sus cosas. Empezaban a recoger. -Hoy mismo podemos salir -exclamó Ugarte. -Claro, aprovecharemos este día encantador para viajar -contestó Lucy apoyándose de espaladas a la barandilla. -En unos días nos presentaremos allí, al final y, sin duda alguna, el punto lo tengo claro, un punto exacto de los Montes Metálicos -dijo con claridad Ugarte. -Cierto es que mis informaciones iban variando, pero ahora mismo esa es la situación exacta, no hay duda. -Tu contacto no ha fallado, ¿verdad? -dijo Lucy con semblante serio. -Ya sabes que un viejo sabueso como yo tiene amigos en el infierno y en todas partes. Se trata de Kurcheff, Oleg Kurcheff un ruso que perteneció a Un estalinista convencido infiltrado en grupos terroristas a lo largo de los últimos años soviéticos. Un tipo con sangre fría que ahora mismo sigue trabajando para varios servi- cios secretos de diferentes estados europeos, con el fin de desarticular grupos sectarios que pueden deses- tabilizar la situación geopolítica en Europa. Y allí está, en la Llama Barre- tt, un tipo que no depende de nadie y todos de él. -Apuesto a que no ha escuchado un disco de Pink Floyd en su vida -aseveró Lucy. postales eléctricas 57